Gervasio Sánchez, corresponsal: «Con la muerte de Julio Fuentes muere el periodismo de verdad»

Gervasio Sánchez y Manu Leguineche presentan en Madrid un libro en homenaje al cámara de televisión Miguel Gil, muerto en Sierra Leona
EUROPA PRESS

MADRID.- El mismo día en que el cuerpo sin vida de Julio Fuentes llega a España, se ha presentado en Madrid ‘Los ojos de la guerra’, el libro en memoria de Miguel Gil, muerto el año pasado en Sierra Leona mientras ejercía su profesión. «Con la muerte de profesionales como Miguel Gil y Julio Fuentes muere el periodismo de verdad», afirmó el corresponsal de guerra Gervasio Sánchez, quien junto a Manuel Leguineche coordina la obra presentada hoy.

«La verdad de la guerra son las víctimas y cada uno de ellos se merece una biografía. Tanto Gil como Fuentes y otros muchos que han perdido la vida en conflictos bélicos luchaban porque estas personas fueran conocidas», agregó Sánchez, quien recordó cómo Fuentes viajó desde Moscú en mayo de 2000 para estar al lado de la familia de Gil, cámara y productor de APTV, muerto en una emboscada en Sierra Leona el día 24 de mayo de 2000 junto al estadounidense Kurt Schork.

Y es que los corresponsales de guerra no deben ser considerados «héroes ni yonquis de la guerra». «No somos unos locos, odiamos la guerra porque la conocemos, por eso no somos partícipes de la guerra y creemos que nuestro trabajo puede acabar con ella», apuntó Sánchez, quien declaró su «desacuerdo» con la cobertura que ha habido en Afganistán por parte de algunos medios.

Huir de la mistificación

«El periodista bueno se diferencia del malo porque busca la verdad, la justicia y la conmoción. El malo es el que raya el sensacionalismo», prosiguió Sánchez, quien huye de la «mitificación» de los corresponsales de guerra porque «las víctimas son las verdaderas protagonistas y el periodista es un mero intermediario entre el dolor y el olvido». Es en esa línea de «periodismo de verdad, autocrítico» en la que se movían, según Sánchez, tanto Miguel Gil como Julio Fuentes.

De ahí que en ‘Los ojos de la guerra’ tanto Sánchez como Leguineche quisieran hacer una «reflexión sobre la guerra y los medios de comunicación» además de querer recordar a Gil «quintaesencia del periodismo, hecho a sí mismo».

Dos amores

«En este libro se unen dos amores: uno por Miguel Gil y Julio Fuentes y otro por el periodismo, que une la vida con la muerte», aseguró Sánchez, quien pidió «más sensibilidad» a las empresas y que «reconozcan el trabajo duro, en tensión permanente» de estos profesionales que se juegan la vida con su trabajo.

«Se trata de hacer un trabajo bueno, no estamos enamorados de la muerte ni somos los novios de la muerte; somos seres humanos. Y que las empresas aseguren nuestras vidas es lo más fácil», se quejó Sánchez, quien criticó una vez más la «actitud a veces bochornosa» de muchos medios para con sus profesionales y de que en las guerras «cada vez mueran más periodistas, civiles y menos militares».

En el libro que ahora publica Plaza & Janés escriben 70 corresponsales de todo el mundo, en memoria de Miguel Gil y al tributo de esta «arriesgada profesión». Entre los textos se encuentra uno del propio Julio Fuentes y, entre otros, de Arturo Pérez-Reverte o Alfonso Rojo, y un gran número más tanto de profesionales españoles como extranjeros. Sánchez ha denunciado el «comportamiento deleznable» y el «regateo brutal» de la agencia Associated Press TV (APTV) con la familia de Miguel Gil.

«La competencia en estas situaciones de guerra es terrible y las empresas, por ahorrarse miles de dólares y no asegurar a sus trabajadores son capaces de regateos brutales», afirmó este corresponsal. Sánchez añadió que la APTV «no pagó dignamente a la familia de Gil» calificando esta actitud de «bochornosa» y añadió que se limitó a decir que habían hecho «suficiente» con trasladar el cadáver del periodista desde Sierra Leona a España.

Gervasio Sánchez, para quien «los gerentes sólo quieren limar ingresos y gastos sin asegurar convenientemente a sus trabajadores, de los que tanto beneficio obtienen», aseguró que hará todo lo posible «para dañar a APTV» por su actuación en el caso de Miguel Gil. Sánchez recordó aquel 24 de mayo de 2000 en Sierra Leona como «el día más duro» de su vida.

Por último, el corresponsal pidió «más sensibilidad» a las empresas y que se reconozca el «durísimo trabajo» que realizan los profesionales presentes en estos coflictos armados.