La Garlopa Diaria

6 mayo 2008

¡GRANDE GUASCH!

Don Jesús debuta mañana en el Bernabéu

El anuncio de Mitsubishi le hizo popular y le fichó Ruiz Mateos

Diario AS. Tomás Guasch | 06/05/2008


Jesús García Velasco, el abuelo de Majaelrayo, dejará mañana su casa, su huerto, sus once gatos (llegó a tener veinte), su perra Paca y a la abuela Angelita y viajará al Bernabéu invitado por AS. Será la primera vez en sus 85 años que verá un partido del Madrid en directo. Tampoco lo ha visto en la tele; partido entero, ninguno. La señal no es buena en su casa, a las nueve se acuesta y él está a lo suyo y con su arte: «¿Y el Madrid qué, otra vez campeón de Liga?». Pues sí, abuelo, y van 31.

Majaelrayo es un precioso pueblo en la sierra de Ayllón, en la falda del pico Ocejón, pura Arquitectura Negra. Una maravilla de la provincia de Guadalajara donde nació y vive este abuelo que hizo famoso aquel anuncio de Mitsubishi cuando el Madrid reconquistó la Copa de Europa.

Celebra que el rival en el partido de su debut en el Bernabéu sea el Barça. «La primera vez que monté en un avión fue para ir a Barcelona», recuerda. Le invitó Iñaki Gabilondo, en sus tiempos al frente de Hoy por hoy, en la SER. «La jefa (léase la azafata) me llevó donde el jefe (el piloto) y desde allí vi las nubes y muchas culebras». Las culebras son los ríos que el abuelo avistaba desde la cabina. Le acompañó Juan Solo, periodista de la SER en Guadalajara, y le gustaron mucho las Ramblas. «Y la gente, que me reconocía y me saludaba, fueron muy amables».

El anuncio es inolvidable y ésta, su trastienda: el equipo de filmación llegó a Majaelrayo con un abuelo elegido en un casting. El director vio a don Jesús y el flechazo fue inmediato. Le pidió que les ayudara, lo hizo y no hubo color: él sería el protagonista del anuncio. «Me dieron muy poco dinero», bromea.

Chocolate. Más tarde filmó otro para Ruiz Mateos y su chocolate Trapa. Ruizma le dio cien mil pesetas y una ayuda para la iglesia del pueblo. Más tarde le contrató «una empresa de gafas de Logroño», que le regaló un ordenador que se quedó uno de sus nietos. Don Jesús tiene dos hijos, Julio y Angelita, y dos nietos. Su última aparición en la televisión fue una serie de reportajes sobre la vida de nuestros mayores en el medio rural. El abuelo ha pasado sus 85 años entre cabras, ovejas, vacas, setas, matanzas de jabalí y una tienda de ultramarinos que ya dejó. Siempre en Majaelrayo y ni un constipado: una vez tuvo lumbago. A Angelita la operaron hace un tiempo del corazón. Es su mayor preocupación. Angelita y el huerto cuando hiela y se fastidian los tomates. «Me preocupa más el huerto que el Madrid. Porque, el Madrid es otra vez campeón de Liga, ¿eh?».

Y sí, mañana estará en el Bernabéu junto a ochenta mil personas. «No me lo imagino», abre los ojos como platos. Le acompañarán su hijo y su yerno Tavi, y José Alfonso Montes, concejal del Ayuntamiento de Guadalajara, el amigo de confianza. «Nuestra relación económica se basa en el trueque; él me da huevos y patatas, y yo aceite para la motosierra, y productos de mi empresa», explica Montes, que trabaja en la petrolera BP.

Ochenta mil y él. «No, nunca he visto un partido en la tele; la de casa es muy vieja y la señal llega mal», comenta. Del Madrid le suenan Casillas y Raúl y Luis Aragonés. Lo de la Eurocopa sí lo sabe: «Que lleven a Raúl», pide convencido.

No le suenan Gento ni Puskas ni Del Bosque, pero sí Di Stéfano: «Ese sí. Y Amancio». Ronaldinho, Etoo Tampoco existen para él. Vota al PSOE (su hijo fue alcalde de Majaelrayo durante quince años) y sabe que Zapatero es el presidente del Gobierno e hincha del Barça. «Lo estará pasando mal», bromea y se palpa la ropa cuando se entera de que el partido empezará a las diez de la noche. «Llegaré a casa muy tarde, ¿verdad? Yo, es que me acuesto a las nueve…», parece disculparse.

El Larguero. Don Jesús recuerda el tiempo que intervino en El Larguero, tras el ‘boom’ de su anuncio. Debían entretenerle para que no se durmiera y pudiera hablar con De la Morena después de las doce.

No ve fútbol, pero es la imagen del Fútbol Sala Alamín, de Guadalajara, y el año pasado entregó al Depor el premio al mejor club de la provincia y le dio suerte, pues ascendió a Segunda B. «A ver si sube otra vez», suspira este abuelo cuyo concepto de la felicidad es rotundo: «Vosotros, los de la ciudad, os preocupáis por cosas que no tienen importancia».