La Garlopa Diaria

10 junio 2009

Interés público y fotos privadas

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La publicación de las fotos vetadas por Berlusconi en su mansión de Cerdeña ha sido una exclusiva mundial de El País, reproducida en casi toda la prensa internacional. En el cuadernillo Domingo, el corresponsal en Roma, Miguel Mora, publicó un excelente y extenso reportaje que tituló: «Anatomía de Berluscolandia». En el texto explicaba con detalle la red de contactos, personajes, «velinas» y conflictos de intereses que sacuden la trayectoria del que es, por segundo vez, primer ministro de Italia. En todo caso, la publicación de estas fotografías que atañen a la vida privada de un líder político ha generado un amplio debate en la profesión, lo cual, de por sí, parece bueno. Que se debata siempre es bueno y que se debata sobre cuestiones trascedentes para nuestro oficio, más todavía.

El ex corresponsal de El País en Roma, Enric González, fue preguntado ayer en un chat de elpais.com por las famosas fotos. Un lector se cuestionaba si «son una invasión de su intimidad indigna de este periódico. Lo interesante serían fotos de los invitados bajandose de aviones militares oficiales, no de tíos empalmados cuando creen que nadie les ve». González contestó lacónico, pero con mucha claridad: «No sabría decir si las fotos de Berlusconi son indignas de este periódico. Aunque el asunto tiene sus matices, yo no las habría publicado». Interesante respuesta porque González no se está destacando precisamente por ser cautivo de la línea editorial del periódico que le paga la nómina (hace dos semanas denunció que la dirección de El País le censuró una columna).

Las fotos de Berlusconi en Villa Certosa pertenecen a la vida privada del jefe de Gobierno italiano, pero ésta entra en colisión con la posición política que mantiene este señor. En España no creo que la publicación de estas imágenes supusieran una intromisión ilegítima en el derecho a la intimidad y la propia imagen (art. 18 de la CE). Berlusconi utilizó aviones públicos y recursos del Estado para trasladar a sus invitados a su mansión y cabe recordar que es un señor partidario de la moral que defiende la Iglesia católica, que no concuerda precisamente con el retrato que muestran las fotos. 

Esta mañana, uno de los mayores especialistas en comunicación y Derecho en nuestro país, Marc Carrillo, firma una tribuna en la que deja las cosas bastante claras, aportando argumentos que refuerzan el interés público de las fotografías aparecidas. Escribe: «¿Puede ampararse Berlusconi en la defensa de la privacidad ante la publicación de las fotos de Cerdeña? No. Las imágenes son relevantes: es un personaje público cuya vida privada contradice su discurso político«. Y si las fotos son relevantes para la opinión pública, el periódico hizo muy bien en sacarlas a la luz. Máxime cuando fue el propio Berlusconi quien se encargó de censurararlas en Italia. Luego, cuando las sacó El País, dijo que eran fotos «inocentes». Entonces, ¿por qué las vetó si son tan inocentes?

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