Entrevistas

12 abril 2010

FERNANDA SERRANO, DIRECTORA GERENTE DE LA FUNDACIÓN FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE

“Hay muchos negocios fuera del turismo que son necesarios en el ámbito rural”

La Fundación Rodríguez de la Fuente ha elaborado un estudio sobre oportunidades de futuro en Guadalajara que abarca la Campiña, el Señorío de Molina y el Alto Tajo por ser las tres zonas con más espacios naturales protegidos de la provincia.
Se confiesa “más de campo que las amapolas” y, quizá por ello, Fernanda Serrano (Madrid, 1961), habla con verborrea y pasión sobre todas las cuestiones que afectan a los pueblos. Aunque prefiere presentarse como una agricultora de la zona de Ocaña, en Toledo, donde produce aceitunas, Serrano es ingeniero agrónomo de formación y directora gerente de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, la institución que custodia y difunde el legado del gran naturalista, del que en marzo se cumplió el 30 aniversario de su muerte. La Fundación que lleva el nombre del “amigo Félix”, cuya figura está muy relacionada con Guadalajara, acaba de presentar en la capital el proyecto RuN@Emprende, una iniciativa que estudia las oportunidades de negocio en varias provincias, incluida Guadalajara. Conclusiones: se necesitan emprendedores, creatividad empresarial y más inversiones públicas.
El Decano de Guadalajara, 09.04.2010
Raúl Conde
Fernanda Serrano

Fernanda Serrano

 “En los pueblos donde hay despoblación la administración no invierte porque no es rentable”

“Los agricultores y ganaderos son los verdaderos protectores del medio natural”

“La actividad humana controlada, como la ganadería extensiva, es la mejor manera para que un territorio se conserve bien”

“La zona más propicia de Guadalajara para el turismo natural es Molina. Tiene un espacio natural de alto valor, está despoblada y ofrece oportunidades de negocio”

“El despoblamiento ha acarreado una mayor degradación medioambiental”

RAÚL CONDE. MADRID

¿Faltan emprendedores en el campo de Guadalajara?

Sí, faltan emprendedores en toda España y, sobre todo, en el ámbito rural español. Un ámbito que supone en superficie un 85,4% de todo el territorio nacional. Estamos hablando de casi 400.000 metros cuadrados de superficie con una densidad de despoblación tremenda. En el 17% restante del territorio se aglutina el 80% de la población española, de manera que tenemos un grado de despoblación y desertización de los pueblos y del ámbito rural español tremendamente importante. Y eso con tres consecuencias fundamentales. Una, un desequilibrio territorial profundo, lo que implica que en los pueblos donde hay despoblación la administración no invierte porque no es rentable. Es una pescadilla que se muerde la cola porque donde no hay servicios públicos la población no se asienta. En segundo lugar, supone un gravísimo impacto sobre el medio natural, que siempre ha estado sometido a la acción del ser humano. Ese medio se ha organizado de esa manera y la gestión humana incluso le beneficia. Si esos territorios se abandonan y se abandona la gestión primaria o semiindustrial, la naturaleza sufre un abandono importante.

La Fundación Rodríguez de la Fuente, junto a ADAC, ha presentado recientemente en Guadalajara un estudio de oportunidades de negocio vinculadas al sector ambiental. ¿Cuáles son las principales conclusiones?

La asociación ADAC es uno de los socios del proyecto RuN@Emprende, que tiene como objetivo plantear actividades económicas en el ámbito rural de carácter sostenible. Una de las provincias donde vamos a invertir de manera importante es en Guadalajara, y sobre todo en aquellas zonas donde hay una confluencia importante de espacio natural protegido y de la Red Natura 2000, es decir, LIC y Zepa. Estamos hablando de la Campiña, de la Serranía Norte, que incluye al Señorío de Molina, y la zona del Alto Tajo, que coge a Guadalajara. Hemos hecho un estudio para la provincia lo primero de todo para saber las características socioeconómicas, poblaciones, de actividad económica de cómo están los sectores en esta zona para averiguar qué oportunidades de negocio son viables en este entorno. La finalidad es que los emprendedores tengan conocimiento de cuáles son estas actividades viables en este extraordinario entorno de Guadalajara.

Se puede decir entonces que ya, por fin, le ha llegado la hora al turismo de naturaleza.

Pues mire, sí, le ha llegado la hora pero tenemos que ser cautos. Todo no es turismo. Es importante la apuesta por el turismo de interior y rural, siempre significativamente unido en zonas de alto valor ecológico, pero hay que ser ponderado. Hay mucha actividad de negocio que no es turística que cabe en el ámbito rural y natural. Entre otras, negocios que apoyen al propio turismo. El turismo rural por sí sólo, con alojamientos y gastronomía, no es suficiente para aportar los servicios que necesita el usuario del turismo. Hay muchos negocios que afectan positivamente al turismo, pero que son otras actividades económicas, como pueden ser empresas de asesoramiento a empresas turísticas, en marketing, gestión comercial, en temas jurídicos, en informática, en portales de reservas online, el ocio turismo, el ecoturismo, el agroturismo. Son muchas ramificaciones complementarios que lo que hacen es abundar en la oferta de una zona.

¿El despoblamiento ha acarreado una mayor degradación medioambiental?

No cabe ninguna duda. Los espacios que se conservan en estado primigenio, aunque hay muy poquitos en la superficie de nuestro planeta, cuanto menos actúe el hombre, mejor. Se organizan solo porque sus ciclos naturales se abren y se cierran de manera espontánea. Sin embargo, en los espacios que no se conservan de manera primigenia han estado de manera secular impactados por una actividad humana que no tiene por qué haber sido negativa siempre. Eso ha conseguido efectos negativos y, por otro, positivos, que es que la naturaleza se ha acoplado al espacio del hombre, y se ha acostumbrado. Ya no hay especies ni espacios de alto valor ecológico que si no es con los tradicionales modos de gestionar el territorio, entonces sí desaparecen. Por ejemplo, la ganadería extensiva. Si ésta no existiera, no habrá prados, no habrá manejos del territorio y del bosque forestal por cuenta de esta ganadería extensiva.

En el estudio presentado sobre Guadalajara, las áreas analizadas han sido, básicamente, la comarca del río Dulce, los pinares del Ducado y Molina-Alto Tajo, en total, 81 municipios. ¿Por qué esta selección?

Esta selección la hemos hecho en Guadalajara, como el resto de las provincias donde vamos a actuar, que son Cuenca, Toledo, Extremadura y el norte de Andalucía, por tres razones fundamentales. Son las superficies en el corredor central de la Península donde hay mayor confluencia de espacio natural protegido y de Red Natura 2000. En segundo lugar, son territorios en los que se da que hay grupos de acción local muy activos en la zona, lo que para nosotros es fundamental como colaboradores. Y en tercer lugar, son zonas que están especialmente en el punto de mira de las administraciones por tener unas características especialmente interesantes y con un desarrollo futuro importante.

¿Cuál es la comarca de Guadalajara más propicia para desarrollar el turismo de naturaleza?

Son todas muy propicias. El Señorío de Molina y la zona norte de Guadalajara, que todavía no es parque natural pero lo será pronto, es una zona muy adecuada. Probablemente, la más adecuada porque tiene un gran espacio natural de alto valor, está muy despoblada y tiene en estos momentos oportunidades de negocio por explotar. Ahora, si hemos elegido esta zona, además de la Campiña, es porque las dos producen sinergias unas con otras. Si la Campiña tiene el desarrollo que tiene, muy diferente al del Señorío o de la Sierra Norte, eso produce que haya servicios en estas otras zonas despobladas. Es bueno que las zonas que han crecido demasiado se controlen y haya una verdadera actividad sostenible como que la Campiña es un buen punto de apoyo para el resto de zonas despobladas.

Ha mencionado el caso de la Sierra Norte, que no está incluido en su estudio, pero que está próximo a ser declarada Parque Natural. ¿Puede ser una buena oportunidad para el desarrollo de esta comarca?

Yo creo que sí. Es verdad que no a todo el mundo le gustan estas figuras de protección porque a veces se miran con cierto recelo porque pueden producir algún blindaje o algunas limitaciones sobre determinados crecimientos. Ahora, si todos los que estamos en esta misma onda de promover actividades económicas y proteger un medio ambiente que en España es extraordinario, que además nos puede traer otros frutos y beneficios, lo que hay que hacer es buscar estas sinergias en una zona como la Sierra Norte de Guadalajara, que supondrían más de 125.000 hectáreas, por tanto, uno de los más grandes de Castilla-La Mancha, pues creo que puede ser una oportunidad de oro. Sabiendo hacer las cosas, sabiendo no ser excesivamente restrictivos y siendo lo suficientemente cautos, creo que se puede promover en esta zona un desarrollo sostenible donde haya población y se genere actividad, que es la mejor manera de conservar el medio natural.

¿Cuál es el perfil del emprendedor medio en Guadalajara?

Es una persona joven, entre los 45 y los 55 años de edad, incluso desde los 40. Generalmente son hombres. Son gente que suele provenir del medio urbano, con una experiencia académica determinada, con experiencia profesional suficiente como para montar un negocio y además tiene una capacidad inversora de carácter medio. La huida del medio urbano es consciente. No se meten en el ámbito rural dejando otros trabajos con condiciones económicas malas, sino porque buscan otro modelo de vida. Esto es muy útil porque pueden hacer una mancha de aceite y conseguir que la administración invierta.

Sostienen en el informe que la zona de Molina de Aragón “es una de las más abandonadas de toda España”.

Sí, es una zona compleja, climatológicamente complicada también. Sabemos bien los españoles cuando los telediarios nos dan el tiempo en televisión en invierno las mínimas suelen registrarse en Molina de Aragón. Ahora, también es verdad que es un territorio excepcionalmente bello. Por tanto, creo que lo hay que hacer es aprovechar el saber tecnológico para mejorar las condiciones de vida. Esto hay que conseguirlo y eso no incluye sólo a organizaciones como la nuestra, sino a administraciones públicas, empresas y a la sociedad.

En el caso de la Serranía, destacan el papel de Sigüenza como núcleo principal en habitantes y actividad comercial. Sin embargo, no parece que esto esté repercutiendo positivamente en el resto de pueblos de esta comarca.

Este hecho puede ser positivo o negativo. Puede ser positivo que un Sigüenza sea un núcleo atractivo para irse a vivir a otros municipios más despoblados en su alrededor. Lo que pasa es que las ciudades que mejor dotados están son un atractivo en sí mismo para la gente emprendedora, y para qué me voy a ir al pueblo de al lado, si no tengo servicios, cuando en Sigüenza lo tengo todo. Es importante que haya una cabecera de comarca y para dar servicios. Lo perfecto es que Sigüenza sea un ejemplo más para el resto de pueblos, para conseguir que haya núcleos de población estable. No puede haber hospitales en todos lados ni centros de salud. Se trata de que haya servicios públicos básicos. Sería importante que hubiera un circuito de pueblos pequeños poblados que se abastezcan de algunos servicios importantes en cabeceras de comarca.

El estudio presta una especial atención al Parque Natural del Barranco del Río Dulce, que es además un lugar muy vinculado a Félix Rodríguez de la Fuente, de cuya muerte se cumplieron 30 años el pasado 14 de marzo.

Es un lugar vinculadísimo a Félix. Nos cuenta su hija, Odile Rodríguez de la Fuente, que es donde él empezó a hacer sus pinitos como segunda residencia. Una vez que él abandona Burgos y se fue a Valladolid a acabar la carrera de Medicina, el río Dulce fue uno de los ámbitos donde más trabajó con aves rapaces y en el que mejor encontró un lugar de paz y relajo, y de hecho La Matilla está en Guadalajara, el sitio donde él trabajaba, estudiaba y donde se retiraba a hacer sus escritos y reportajes.

Da la impresión de que el Barranco del Dulce sigue siendo un paraíso desconocido y que precisamente por eso, porque es desconocido, sigue siendo un paraíso.

Pues esa es un poco la línea frágil en la que nos encontramos todos a la hora de promover el desarrollo en estas zonas. El futuro pasa porque haya una actividad económica, pero una actividad económica en su hábitat, sostenible, que tenga esa conciencia continua de que donde se está promoviendo un desarrollo tiene un entorno frágil. La actividad humana controlada es la mejor manera para que un territorio se conserve en el mejor de los estados.

La mayoría de los espacios que han analizado son Zonas Especiales para la Protección de Aves (ZEPA) o bien Lugares de Interés Comunitario (LIC). ¿Hasta qué punto es beneficiosa la protección oficial para el desarrollo del turismo natural?

La protección oficial tiene que existir de una manera o de otra. Hay que poner coto o límites al desarrollo, pero no al desarrollo entendido como la prosperidad de un territorio, sino como límites a lo que a veces no es desarrollo, que es ese ámbito economicista que nos hace arrasar con todo lo que tenemos por delante. Tiene que haber unas normas comunes que limiten qué se puede hacer o qué no en un espacio natural. Poner barreras para no hacer lo que hemos hecho en otras zonas españolas, que están tremendamente impactadas por una actividad económica sin límites.

Las actividades relacionadas con la restauración y el hospedaje son las que mejor puntuación reciben para ser desarrolladas. ¿Pero no son ya las áreas más explotadas y habría que potenciar otras?

Sí, efectivamente, sigue siendo un tema interesante el turismo de interior, pero como dijimos el otro día en Guadalajara [en la presentación del estudio elaborado por la Fundación Rodríguez de la Fuente], todo negocio de turismo rural tiene que ir acompañado de la filosofía de diversificación. Al fin y al cabo, el turismo rural es un turismo estacional, más incluso que el turismo de sol y playa. Ya no solamente es que no tengan más visitantes que otros destinos en la época veraniega, sino que incluso entre semana se localiza mucho, cosa que en la playa no ocurre. Hay que diversificar. El turismo no puede estar basado sólo en tener un alojamiento. Hay que completarlo con otras actividades que hagan capaz al empresario a hacer caja durante todo el año, que le permita vivir en esa zona durante todo el año. Hay que buscar otro tipo de desarrollos que acompañen al turismo rural para que el empresario se quede estable.

¿En qué medida influye en el sector turístico la decadencia de la agricultura y la ganadería, si es que influye?

No creo que tenga tanta influencia. La decadencia de la agricultura y la ganadería, y es una opinión particular como agricultora que soy en Castilla-La Mancha, tiene dos orígenes. Primero, la integración de España en la Unión Europea, nos hemos metido en un mercado global, se han roto las barreras de protección de los productos españoles y tenemos que jugar en las mismas reglas de mercado que el resto de los 27 [Estados miembros de la UE]. Eso da un buen porrazo a la agricultura española. Y luego hay otra parte sensible en España, y es que la figura del agricultor o el ganadero está cada vez más denostada. Nadie quiere ser agricultor o ganadero. Creo que hay que recuperar la dignidad de esas profesiones. Primero, porque es la producción primario, que en el fondo es lo primero que necesita el ser humano, alimentarse y comer; y en segundo lugar, porque son los verdaderos protectores y garantes de la custodio del medio natural. Si en esos espacios naturales no está los agricultores y ganaderos produciendo producto local, en pequeña escala, difícilmente vamos a conseguir que se custodie el territorio de tan altísimo valor. De manera que es una de las actividades que más promovemos y recomendamos en este estudio.

¿Se ha abusado en Guadalajara del invento de las casas rurales en detrimento de otros negocios?

No lo sé, no tengo datos suficientes para decirlo. Creo que hay determinadas zonas de España donde evidentemente se ha abusado de las casas rurales. Yo creo que al final todo esto se va filtrando por sí mismo y el turismo de calidad, el turismo bueno, es el que permite que haya una estabilidad de ingreso en el territorio y al final los mercados se van regulando a sí mismo. Fue un ‘boom’ del mercado, como ocurre en el mercado agrario a veces con algunos cultivos, y poco a poco de manera natural el mercado se ha ido regulando.

Un capítulo importante es la gran demanda de asistencia doméstica y de personal en los pueblos, posiblemente, fruto del envejecimiento de la población. ¿Faltan políticas de bienestar?

Una de las oportunidades de negocio que hay en estas zonas, no sólo en Guadalajara, son aquellos servicios que se prestan casi de manera personal, bien para asistencia a gente mayor o para generar ocio infantil, y esa asistencia que no llega por vía administrativa sí la puede poner en marcha una empresa privada que tenga capacidad logística razonable entre distintos municipios y prestar este tipo de servicios.

En Guadalajara y Castilla-La Mancha se han impulsado especialmente las granjas escuela, pero quizá más por el impulso de la Administración que el privado.

Generalmente sí, y además muchas de ellas son fincas que no son públicas. Ahora, creo que es una oportunidad de negocio interesante. En España hay muchísimos centros escolares que verdaderamente están deseando hacer actividades con los críos en el ámbito rural para que ellos manualmente sean capaces de ver qué significa la labranza. Las granjas escuela pueden ser un magnífico negocio para montar.

Ustedes apuestan por regular la recolección de setas y hongos. ¿Por qué?

Es un tema que el otro día salió en Guadalajara. Tanto en monte público como privado, si el recurso de la micología es un recurso beneficioso para una comunidad, creo que hay que regularlo. No se trata de esquilmar los emplazamientos donde se encuentran las setas estacionalmente, sino de generar una cierta riqueza para las zonas donde se producen. Además, es un recurso con unas ciertas complicaciones. No todo el mundo conoce bien el mundo de la micología y hay que obtenerlas seleccionándolas bien y sin dañar al monte.

¿Cree que ha existido desde el Estado y los diferentes Gobiernos una verdadera intención de revertir la situación de atonía en el medio rural?

Yo creo que en estos momentos a la fuerza obligan. Cuando tenemos cuatro millones de parados en España, desgraciadamente o afortunadamente, es un momento buenísimo para recuperar el equilibrio de nuestras zonas abandonadas, para generar actividad económica y para que haya muchos empleos para gente que no tiene trabajo. La administración creo que lo ha visto y buscar sanamente que estos emprendimientos se conduzcan de la mejor manera posible en un territorio en el que cabemos todos, siempre que tenga carácter sostenible.

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