REPORTAJE FITUR 2011

La Serranía, montañas de contrastes

Si la provincia de Guadalajara es un ejemplo formidable de contrastes, la comarca de la Sierra es quizá su máxima expresión. Contrastes en el paisaje, en las montañas, en los ríos, en el paisanaje. Contrastes en casi todo lo que uno percibe con los sentidos tan pronto se adentre en sus eternos vericuetos.
Henares al día , Enero 2011
Raúl Conde

Si la provincia de Guadalajara es un ejemplo formidable de contrastes, la comarca de la Sierra es quizá su máxima expresión. Contrastes en el paisaje, en las montañas, en los ríos, en el paisanaje. Contrastes en casi todo lo que uno percibe con los sentidos tan pronto se adentre en sus eternos vericuetos.

No es lo mismo transitar por las laderas del Ocejón, en Valverde o Majaelrayo, que por los caminos de la Sierra de Pela, entre Atienza y Romanillos. No es lo mismo surcar las llanuras de Imón que descender por el Alto Rey desde Bustares hasta El Ordial. No es lo mismo subir hasta el castillo de Galve que bajar por las pendientes de Tejera Negra, a dos pasos, o recorrer las parameras, allá por Sienes, la Riba o Paredes. No es lo mismo otear los primeros picachos en la zona de Arbancón que patearse el barranco del Dulce. No es lo mismo cosechar la mies en Cogolludo que perderse por las lomas verdes y frondosas de Sonsaz. No es lo mismo la arquitectura humilde de El Cardoso que las casonas señoriales de Tamajón. No es lo mismo la iglesia de Albendiego, de un románico deslumbrante, que la estampa medieval de Palazuelos. No es lo mismo la cabaña ovina, como la de Las Minas, que la vacuna, como la de Cantalojas. No es lo mismo el cabrito de Jadraque que las yemas de Sigüenza, o los níscalos. Y no es lo mismo el frío desabrigado de Campisábalos, con sus pelados serrijones, que la vega fértil del Sorbe según va horadando el valle.

La Serranía es una de las cuatro comarcas naturales de Guadalajara, junto al Señorío molinés, la Campiña y la Alcarria. Se sitúa al noroeste de la provincia. Su territorio se extiende por alrededor de 3.300 kilómetros cuadros que cobijan a más de un centenar de pueblos (que no municipios), en los que habitan poco más de 14.000 personas. Su densidad de población es una de las más bajas de Europa, apenas 4 habitantes por kilómetro cuadrado. Limita al norte con Soria y al oeste con Segovia y Madrid. Sin embargo, a pesar de la cercanía geográfica con la capital, el aislamiento de décadas ha permitido conservar un entorno natural de extraordinario valor, costumbres ancestrales y unas formas de vida que, de otra manera, se hubieran perdido en nombre de la modernidad.

Espacios naturales

Desde Madrid, a la sierra se puede acceder por la autovía de Burgos (A-1), a través de la Sierra de Pela, o bien por la A-2 pasando por la capital alcarreña y siguiendo la carretera CM-101. Además de una gastronomía propia y una buena retahíla de fiestas tradicionales, como la de los danzantes o los botargas, la comarca alberga dos de los tres parques naturales de Guadalajara: el de Tejera Negra, el hayedo más meridional de Europa con 1.641 hectáreas; y el cañón del río Dulce, con más de 8.000 hectáreas, el paraíso que empleó Félix Rodríguez de la Fuente para grabar sus documentales.

Este año, la Junta de Castilla-La Mancha culminará la creación de un nuevo Parque Natural que englobará a la mayor parte de la superficie de la Sierra. Tendrá una extensión de 125.000 hectáreas y estará compuesto por 36 municipios, desde El Cardoso hasta Miedes de Atienza y desde Cantalojas hasta Arbancón. El parque será compatible también con la Reserva Natural del Pico del Lobo-Cebollera y la Reserva Fluvial del río Pelagallinas, otras dos joyas del patrimonio natural serrano.

Dos rutas principales

El viajero que se adentre en la Serranía de Guadalajara debe tener en cuenta, básicamente, dos cosas: olvidarse de las prisas y disfrutar con los placeres en apariencia más sencillos. El viajero encontrará ciudades monumentales y hasta alguna catedral, como la de Sigüenza. Pero, sobre todo, hallará un sinfín de pueblecitos con encanto con gentes sabias, sencillas, auténticas, que lo han aprendido todo sin salir de este rincón.

Hay muchos itinerarios posibles en esta zona, pero quizá sobresalen dos. Por un lado, la ruta de la Arquitectura Negra, basada en las construcciones de lajas de pizarra que se conservan alrededor del Pico Ocejón (2.049 metros) en Valverde, Majaelrayo, Campillo de Ranas y sus pedanías (Campillejo, El Espinar, Robleluengo, Roblelacasa). Por otro, la segunda ruta más seguida es la del Románico Rural, que recorre los templos de este estilo que se conservan en algunos de los pueblos más pequeños de la comarca. Un románico sencillo, tardío, sin estridencias, en las iglesias de Albendiego, Villacadima, Campisábalos, Beleña o Carabias, entre otras.

Dejar un comentario