Artículos en Nueva Alcarria

10 noviembre 2006

Reportaje de la Sierra del Alto Rey en Pueblo de Dios

Treinta años de soledad

Con el triste y sugerente título de “Treinta años de soledad”, el programa Pueblo de Dios que emite La 2 de Televisión Española se acercó el pasado lunes a la realidad social de los pueblos de la sierra de Guadalajara.
Nueva Alcarria, 10.11.06
Raúl Conde

Con el triste y sugerente título de “Treinta años de soledad”, el programa Pueblo de Dios que emite La 2 de Televisión Española se acercó el pasado lunes a la realidad social de los pueblos de la sierra de Guadalajara. Salvando la comparación exagerada de la emigración interior –del campo a la ciudad- con el drama de las pateras que se realiza al principio del documental, el resto es un extraordinario trabajo de periodismo. ¿Por qué extraordinario? Porque rara vez se ofrece en una cadena nacional un reportaje riguroso sobre la despoblación del medio rural en España y porque en este caso se hace con rigor, capacidad de síntesis y vivacidad. Primero relatando con brevedad el éxodo de habitantes que vivieron estos pueblos en la década de los sesenta y que aún hoy repercute en su quehacer diario. Y segundo porque se centra, excepto en el tramo dedicado al museo diocesano de Sigüenza, en los testimonios, en la palabra de aquellos que soportaron el fenómeno migratorio y de los que vuelven en verano para recuperar su propia memoria.

A pesar de su carácter religioso, el programa dejó a un lado la catequesis y aborda al campanero de Campisábalos, a los molineros de Albendiego, al cura de Galve y a los pocos lugareños de Villacadima que son presentados como vecinos, cuando en realidad ya no queda nadie en invierno. Junto a ellos, los encantos de la sierra: las ermitas románicas, la laguna de Somolinos, el castillo de los Estúñiga o las vacas pastando en las laderas del Alto Rey.

El director del programa, el alcarreño Julián del Olmo, puede sentirse satisfecho porque la imagen que transmite de su tierra resulta equilibrada pero sin concesiones a la propaganda: los pueblos están semivacíos, el censo brilla por su ausencia y la bondad del paisaje y de los recuerdos es casi de lo poco que queda de bueno por estos pagos de Dios. “Treinta años de soledad”, por cierto, es un tipo de reportaje que todavía no se ha visto en la televisión autonómica. Puede que cuando acaben con la filmografía de Manolo Escobar se acuerden del asunto.