Periodistas

24 noviembre 2006

PREMIO FAPE (Federación de Asocaciones de Periodistas de España) 2006

Pedro J. Ramírez

Sea como fuere, la figura del poliédrico Pedro J. Ramírez -odiado y temido por unos y admirado por otros- a nadie le deja indiferente. (Esther Esteban)
24.11.06

FAPE

Pedro J. Ramírez recibió el V Premio FAPE de Periodismo

El periodista estuvo acompañado por numerosos colegas y representantes del mundo de la política.

Madrid, 23 de noviembre de 2006.- Pedro J. Ramírez recibió el V Premio FAPE de Periodismo, con el patrocinio del laboratorio Sanofi Pasteur MSD, dotado con 30.0000 euros, en reconocimiento a su trayectoria como director de periódicos durante veinticinco años, su defensa permanente de la libertad de expresión y sus esfuerzos en la creación de empleo para periodistas.

El director de El Mundo confesó la “enorme ilusión” de un premio inesperado concedido por colegas y defendió la “ética de la objetividad” como espacio donde los hechos son sagrados y las opiniones subjetivas, y, por tanto, libres”. Durante su intervención Ramírez también recordó su trayectoria como director de Diario 16 y El Mundo donde ha primado “el respeto y la tolerancia a quienes no nos respetan ni toleran”. Asimismo, alabó a la actual Junta Directiva de la APM por la labor que está desarrollando “en favor de la libertad de expresión y las batallas que ha emprendido a favor de todas las libertades”, y a la que también agradeció la reedición del libro “Prensa y libertad”, que escribió hace veinticinco años. Del mismo modo, destacó la trasformación que ha sufrido la FAPE en los últimos años y agradeció a los presidentes de las Federaciones el haberle concedido el premio.

El presidente de la FAPE, Fernando González Urbaneja, destacó el compromiso “profesional y personal” de Pedro J. Ramírez con la libertad de expresión y con los periódicos que ha dirigido y le pidió “dar ejemplo” para que los periodistas recuperen el “respeto, reputación y credibilidad que merecen”.

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, habló de la importancia de la prensa en las sociedades democráticas, el distanciamiento que debe haber entre políticos y periodistas y el papel ésta como “ojos de los ciudadanos”. Asimismo, alabó “los muchísimos méritos y señaladas aportaciones a las libertades y a la democracia en España” del director de El Mundo.

Durante el acto, también intervinieron el periodista Justino Sinova, que trazó una semblanza del premiado durante los veinticinco años que llevan trabajando juntos; y el director general de Sanofri Pasteur MSD, Sergio Montero, que comparó la investigación de sus laboratorios en el desarrollo de vacunas con el periodismo de investigación que practica El Mundo.

Durante la gala, Pedro J. Ramírez estuvo acompañado por el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda; el portavoz del Partido Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana; el secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga; de la plana mayor de El Mundo, encabezado por el presidente de UNEDISA, Jorge de Esteban; colegas como Luis María Anson, Francisco Umbral y Juan Caño; y representantes de la mayor parte de las Asociaciones que integran la FAPE.

En sus ediciones anteriores, el Premio de Periodismo de FAPE, José Antonio Zarzalejos, Iñaki Gabilondo, Jesús de la Serna y Antonio Mingote.

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RECONOCIMIENTO

La FAPE premia la trayectoria profesional de Pedro J. Ramírez

Destaca la relevante aportación al ejercicio libre del periodismo del director de EL MUNDO

Por primera vez, la elección se hizo mediante voto secreto

Actualizado domingo 02/04/2006 11:57 (CET)
EL MUNDO

MADRID.- El jurado del Premio de Periodismo de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), reunido en Burgos, ha decidido reconocer con este galardón la trayectoria profesional de Pedro J. Ramírez, director y fundador de EL MUNDO.

Así, la FAPE ha querido premiar la labor de Ramírez como director de periódicos durante 25 años, así como su «defensa permanente de la libertad de expresión» y sus esfuerzos en la «creación de empleo» para periodistas.

Con este galardón, la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, que integra a más de 12.000 profesionales del periodismo, quiere distinguir una aportación relevante a la profesión periodística y que contribuya a la defensa del ejercicio libre de la profesión, de la dignidad profesional y de la libertad de expresión. Este premio, patrocinado por los laboratorios Sanofi Pasteur MSD, tiene una dotación de 30.000 euros, la más importante que se otorga a un periodista español en la actualidad.

Aunque se trata de la quinta edición del premio, es la primera vez en la que FAPE lo ha otorgado mediante el voto secreto de los miembros del jurado, integrado por el presidente y secretario General de la FAPE, los periodistas Fernando González Urbaneja y José María Llorente, así como por un representante de cada una de las 17 organizaciones territoriales que componen la federación y dos representantes del laboratorio Sanofi Pasteur MSD.

Según un destacado miembro del jurado, se optó por este procedimiento para «profesionalizar la adjudicación del premio» y fomentar la identificación de los méritos y valores por encima de las propias afinidades personales.

La candidatura del director de EL MUNDO fue propuesta por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y hubo de competir en las votaciones finales con la de un prestigioso columnista y la de un alto directivo de una agencia de información.

El presidente de la FAPE, Fernando González Urbaneja, comunicó al director de EL MUNDO la decisión del jurado y los motivos de su elección. Pedro J. Ramírez le contestó a su vez que se siente «muy agradecido y honrado» por este galardón. «Es muy estimulante que las asociaciones más representativas de la profesión me hayan elegido porque la gran pasión de mi vida ha sido y seguirá siendo siempre el periodismo», añadió.

La entrega del premio tendrá lugar dentro de breves semanas en el transcurso de una cena organizada con tal motivo por la FAPE.

Se da la circunstancia de que el director de EL MUNDO también recibirá el próximo 8 de mayo, en un acto que tendrá lugar en el Teatro Real de Madrid, el Premio Montaigne otorgado por la Fundación Alfred Toepfer y concedido por la Universidad de Tubinga (Alemania) en reconocimiento a la dimensión europea de su trayectoria humanística.

El director de EL MUNDO también recibió previamente el Premio Víctor de la Serna a la mejor labor periodística del año 1991, así como los premios León Felipe y Jovellanos.

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El Digital Castilla-La Mancha
Esther Esteban

24 de noviembre de 2006. La Federación Española de Asociaciones de Periodistas de España ha concedido su premio anual a Pedro J. Ramírez, en reconocimiento a su trayectoria profesional, lo cual por lo polémico del personaje, sin duda dará que hablar. Dada la vocación caínita de nuestra profesión -tan dada a hablar bien del compañero solo cuando le llega la parca- he pensado que no estaría mal trazar un perfil del premiado aún a riesgo de ser criticada por el hecho de que soy colaboradora del medio que él dirige, aunque nunca ha estado en su plantilla. Solo desde el desconocimiento del personaje o desde la mala fe alguien puede pensar que este periodista, adicto al trabajo, se puede dejar influir por el halago fácil y mucho menos ser vulnerable al peloteo barato, más bien al contrario. Si alguien pretende llegar a él por ese usual y despreciable método le recomiendo que pierda toda esperanza…

Es de ese tipo de hombres que ha hecho de su profesión una forma de vida, que la ha convertido en una especie de sacerdocio -laico en lo social y escrupulosamente liberal en lo político- al que se entrega a diario con pasión y vehemencia, cuyo nivel de autoexigencia y dedicacion no conoce límites. De ahí que forme parte de ese grupo de personas que han nacido con el estigma del elegido, con ese punto de insolente genialidad que se escribe -en muchas ocasiones- con renglones torcidos y atraviesa un camino plagado de dificultades, lleno de luces y sombras que en su caso tiene único destino: el ejercicio del periodismo como contrapoder. Pedro J. Ramírez tomó su bautismo de fe profesional nada más terminar la carrera en Navarra, cuando ¡cosas del destino! se trasladó como profesor de Literatura española a Pensilvana. Allí se dio de bruces con el famoso caso Watergate, que marcó a fuego su forma de ser y entender el periodismo. Inmediatamente desarrolló un finísimo olfato para detectar la noticia, atrapar a la pieza, tirar del hilo que conduce a la verdad por dura y descarnada que sea y hacerse inmune a las presiones por grandes y poderosas que se pretendan. A la precoz edad de 28 años dirigió su primer periódico: Diario 16, donde ¡muy propio en él! se jugó el cargo por su beligerante defensa de la libertad de expresión. Cuando su carta de despido estaba todavía caliente enarboló la bandera del «no pasarán» frente a los nuevos inquisidores de la censura y la mordaza y aplicándose la vieja máxima de que «quien resiste gana» se puso manos a la obra, revivió como el ave Fénix, e hizo realidad un nuevo sueño: El Mundo del siglo XXI.

Es, según sus amigos, un hombre valiente, de firmes profundas e inquebrantables convicciones democráticas, que rara vez tira la toalla. Por contra, sus enemigos le tachan de gran conspirador, de malvado manipulador y pretenden oscurecer su trayectoria etiquetándole como una especie de perejil de todas las salsas, utilizando contra él palabras de grueso calibre y peor transcripción. Mientras, él…. ante la crítica y el halago, al menos en apariencia, se muestra indiferente.

Tal vez por eso cuando le preguntas si prefiere tener influencia o poder responde, invariablemente, «ni lo uno ni lo otro, yo solo quiero ser periodista ¡nada más pero nada menos que periodista! En mi modesta opinión uno de los grandes, un espejo en el que -mal que les pese a algunos- a muchos profesionales nos gusta vernos reflejados. Sea como fuere, la figura del poliédrico Pedro J. Ramírez -odiado y temido por unos y admirado por otros- a nadie le deja indiferente. Para mí es genio y figura, un volcán en permanente erupción a quien -también en lo personal, como hombre de carne y hueso, padre de tres hijos, con sus emociones y tristezas- le puedo dibujar en mayúsculas y con negritas.

Sus momentos más amargos y también los más felices han tenido que ver con la suerte que han corrido sus colaboradores en el cumplimiento de su sacrosanto deber de informar. Le he visto tragar saliva, contener la rabia e intentar aguantar imperturbable el tipo como fuera -para que no le viéramos derrumbarse y llorar- cuando le han informado del secuestro o muerte en guerras o atentados de alguno de sus redactores y alegrarse como si de algo propio se tratara cuando estos han recibido alguna buena noticia personal o profesional. Esos instantes en los que aparece el ser humano en carne viva, alejado de los focos y las cámaras son, créanme, los mejores, los que yo prefiero mantener en la retina y en el recuerdo. Con eso me quedo y con la frase de Walter Lipmann que él ha convertido en su catecismo particular como antídoto frente a la vanidad «recuerda muchacho que tus grandes exclusivas de hoy envolverán el pescado de mañana». Juzguen ustedes…

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Blog de Martínez Soler
http://blogs.20minutos.es/martinezsoler

2 Abril 2006

Un premio a Pedro J. no sale en la primera El País

La tercera noticia del día para la portada del diario El Mundo no merece ni una línea en la primera de El País.

¿Será por pelusilla o porque no la consideran noticia de primera?

Hay noticias que van a cuatro columnas en un diario -y con honores de primera página- y, en cambio, en otro diario van directamente a la papelera.

¿Por qué recibe un trato tan diferente la misma noticia o no noticia?
¿Quién decide lo que va en primera o a la papelera?

Unos calvos y otros con tres pelucas…