Entrevistas

21 enero 2008

FÉLIX ESTEBAN, PRESIDENTE DE LA D.O. MIEL DE LA ALCARRIA

«Guadalajara puede sentirse orgullosa de su producto estrella»

"La producción de miel de La Alcarria de 2007 ha sido la mejor de la última década, con una cosecha estimada de 172.000 kilogramos"
Es aficionado a la miel desde hace casi veinte años, pero empezó a vivir de ella en 1993. Félix Esteban montó entonces una explotación, Apícola Puente Nuevo. “Fui de los que se arriesgaron a poner las 350 colmenas y empezar a producir miel”, reconoce en referencia a la cifra que exige la Administración para poner en marcha una empresa de este sector. Luego decidió comercializar las mieles que producía. Asegura que la miel de la Alcarria está situada en una posición privilegiada en el mercado nacional. “Ahora hay que peleárselo”, apostilla. Este año ha sido el mejor, en lo que se refiere a la cosecha en cantidad y calidad, desde que en 1992 se creara la denominación de origen oficial.
Nueva Alcarria, 20.01.08
Raúl Conde

¿Cómo valora la cosecha de miel de 2007 en Guadalajara?
Ha sido la cosecha más importante en cantidad de los quince años de existencia de la Denominación de Origen. Hemos tenido 172.000 kilos cosechados entre la cata del temprano, el medianil y el tardío. Se suele corresponder el temprano con la miel monofloral de romero, el medianil con la multifloral y el tardío con la monofloral de espliego. La verdad es que ha sido un éxito. Llevábamos años esperando tener una cosecha más aceptable que en años anteriores porque siempre nos hemos visto muy afectados por la climatología. Nuestro problema es que, independientemente de que llueva o no y del invierno, si luego en la primavera hay heladas tardías o afectan a las plantas que están en floración, como el romero, o hay lluvias prolongadas, la cosecha se estropea porque si las abejas no trabajan no hay miel. Luego, si el año es muy seco y en verano no llueve nada ni hay tormentas, pues la cosecha del tardío también se hace corta. Estábamos acostumbrados a una cierta irregularidad en las campañas. Este año de 2007 ha ocurrido que ha habido regularidad entre las tres cosechas y eso ha permitido cosechar kilos de miel en los tres momentos.

¿Y esa regularidad depende en exclusiva del clima?
Sí, del clima. Bueno, eso afecta también a otros factores, como la sanidad de las abejas, pero he podido comprobar que cuando el clima es favorable y las floraciones también, las abejas trabajan y se minimizan un poco los efectos de las enfermedades. También ha sido un buen año de reproducción, no sólo de producción de miel, sino de reproducción de las propias colmenas para ir reponiendo las bajas que habíamos tenido en años anteriores por causa de enfermedades. Ahí también ha mejorado la cosa un poco. Se supone que para la campaña próxima el número de colmenas será algo superior al que teníamos el año anterior.

La Denominación de Origen Miel de la Alcarria echó a andar en noviembre de 1992. ¿Cuáles han sido las consecuencias?
Fundamentalmente, el reconocimiento nacional e internacional del producto como tal, como ya se venía reconociendo en la zona desde la antigüedad. A los efectos más cercanos para el sector apícola productor y la industria, la disponibilidad de una marca de calidad que ya está introducida en el mercado y está consolidada que permite desarrollar la actividad con una cierta garantía de éxito. Sobre todo de cara a la venta, al mantenimiento de los precios de la miel. La miel nuestra es la más cara del país, quizá la de Europa. La denominación consolida los precios, los mantiene, protege de las bajadas de precios provocadas por las importaciones de mieles de terceros países de la Unión Europea, como las mieles chinas o argentinas que influyen en el precio nacional. A nosotros esto no nos ha influido. También estamos hablando de un proyecto pequeño-mediano, nuestras cosechas no son muy numerosas como en el resto del país, pero la que tenemos la defendemos muy bien en cuanto a precios y presencia en el mercado. También, por supuesto, los consumidores. Después de quince años, siguen confiando en nosotros y no hemos dejado de vender. Hemos crecido en producción y en comercialización. Y luego el sector productor ha mejorado porque se ha profesionalizado. Tenemos mejores explotaciones y más profesionales y productivas. La industria, que hace quince años era un poco incipiente en la miel, pues está consolidada.

¿Qué sea la más cara de España y Europa es una garantía de calidad?
Pues yo siempre he pensado que el precio forma parte de la calidad del producto. Nadie se cree que lo bueno sea barato. El precio es un poco más alta porque una miel certificada tiene unos costes de producción que no tienen otras mieles que no son sometidas a control. La calidad de nuestra miel en cuanto a características sensoriales y físico-químicas está demostrada. Si nuestras ventas crecen, será porque nuestros consumidores se han hecho fieles. Necesitamos seguir vendiendo.

¿Qué requisitos tiene que cumplir un producto para adherirse a la denominación?
El productor, si se quiere registrar en la denominación de origen asociada a la Fundación del Consejo Regulador, es pasar por las oficinas en Marchamalo y el directo técnico lo formaliza. Se piden los requisitos normales que exige la normativa para ejercer la actividad apícola y otros acuerdos que se toman por contrato entre el productor y la Fundación. Pero lo fundamental es que el producto cumpla con unos parámetros exigidos de calidad. Tanto la explotación como el producto que se obtenga tiene que cumplir los requisitos de nuestra especificación técnica. Esto es así en todas las denominaciones de origen.

¿Es verdad que la miel de la Alcarria adolece de mayor producción?
Hay que empezar por decir que las condiciones de producción de miel en la Alcarria son un poco duras, en comparación con otras zonas de España donde se producen mieles. Nosotros estamos entre 700 y 1.200 metros de altitud sobre el nivel del mar, con un clima continental exagerado, extremado y en una zona de pluviometría baja. Estas no son las condiciones ideales para que las abejas produzcan miel. En algunas zonas de España, que un apicultor ponga la colmena a 1.000 metros, supone llevarlas a alta montaña. Aquí es lo que tenemos de media. Si las condiciones climatológicas son extremadamente duras, pues esto es un hándicap para el punto de partida de la producción. Es duro y concentrado y esto produce en las mieles unos productos de extremada calidad. Casi en el mismo volumen, tenemos más materia prima concentrada. De ahí la calidad que tenemos y, dependiendo de los años y las condiciones extremas que tenemos, tendremos mayor o menor cantidad. La producción de miel de la Alcarria es limitada, no sabemos cuál es el límite. Depende de la materia prima, del número de hectáreas, del número de colmenas, apicultores, etc. Si todo eso funciona y está cada factor en su punto óptimo, habrá más cosecha y si no, pues habrá la que hay.

¿Ese es uno de los objetivos se ha marcado el Consejo Regulador?
Es uno de nuestros retos ampliar la producción, sí. Queremos investigar todo lo que se pueda para ver de qué manera se puede aumentar la producción. Tenemos en contra el famoso cambio climático, las enfermedades, las políticas agrarias… Nuestra materia prima, y no quiero decir nada contra los agricultores, se desarrolla en las zonas silvestres y la política agraria fomenta el mayor número posible de hectáreas, con lo que cada vez hay menos zonas de producción. Tenemos demasiadas cosas en contra como para poder aumentar la producción, pero vamos, lo intentamos. Intentamos profesionalizar las explotaciones con avances técnicos y hacer frente a las enfermedades. Pero es difícil.

¿Qué consideración tiene la miel de la Alcarria en los mercados nacional e internacional?
El 80% de la miel que se comercializa, se hace en el mercado nacional. Y el resto, aproximadamente un 2% a nivel regional y un 18% en la zona. ¿Qué ocurre? El 80% que se hace en el mercado nacional se hace en numerosísimos puntos de venta de las cadenas de distribución de alimentos, de forma que hay muchos puntos de venta de España donde está de venta la miel de la Alcarria, no sólo en las grandes ciudades. Esto es algo novedoso porque, antiguamente, la miel de la Alcarria se vendía por las puertas o las calles tocando la puerta y en algunas tiendas tradicionales. Ahora no. Ahora está al alcance de cualquier consumidor que vaya al supermercado más o menos grande. A nivel internacional, no hay mucho movimiento. Hay pequeñas exportaciones a Francia, Alemania, Italia, Suiza, Japón, algún país árabe y Estados Unidos. En todos estos países, la miel de la Alcarria ha sido vista pero con estas producciones pequeñas que tenemos, no podemos acometer un mercado internacional, es absurdo. Se mueven con grandes cantidades de producto. En el mercado nacional sigue habiendo hueco, no está todo cubierto.

O sea, que Guadalajara puede sentirse orgullosa de su producto estrella.
Pues yo creo que sí. Guadalajara tiene un producto estrella y mágico que además la representa porque en el nombre lleva la comarca y siempre se asocia miel a la Alcarria y la Alcarria a Guadalajara.

¿Cuáles son los principales competidores de la miel alcarreña?
El principal competidor de la miel de la Alcarria es la miel de la Alcarria. Ya hemos podido comprobar, después de dos años y medio de prohibición de importaciones de mieles chinas en Europa, a la vuelta, cuando ya se ha autorizado la entrada, las mieles españolas, que cayeron en sus precios hasta niveles bajísimos, sin embargo nuestra miel ha mantenido los precios, tanto del producto como al consumidor. Nuestros competidores son otras mieles de calidad o la propia miel producida en la Alcarria pero no comercializada como miel de la Alcarria denominación de origen. Tenemos que intentar que todos los productores estén en la denominación y que esos productos entren en el circuito de la denominación. Puede ser un poco pedante, pero no hay rival.

Desde un punto de vista comercial, ¿en qué deben mejorar las empresas de Guadalajara que venden miel?
Hemos aprendido mucho en estos 15 años. Si miras la presentación de los productos antes, pues bueno, había de todo. En la actualidad, la mayoría de las empresas presentan sus productos muy bien, hacen sus acciones comerciales muy bien y nosotros desde el consejo regulador hacemos una promoción genérica del producto yendo a los que consideramos principales eventos nacional e internacional. Solemos ir a la feria de Pastrana, a la Alimentaria de Barcelona, al Salón de la Alimentación de Madrid, al Salón del Gourmet y, últimamente, estamos yendo a una feria nueva de alimentos de calidad en Ciudad Real. Queremos fijar la marca en el mercado a través de los logotipos, que luego está presente en los etiquetados de las empresas. Ahí no estamos mal, aunque este año haremos formación específica para las industrias que nunca hemos hecho, por ejemplo, de marketing. Ya no hay que entrar en el mercado. Ya estamos dentro y ahora hay que peleárselo.

¿Cuántas personas viven de la miel actualmente en la provincia?
Hay 50 apicultores que se dedican a la producción, 23 envasadoras de miel, tanto en un censo como en otro los hay grandes, medianas y pequeñas. Calculando ambas cifras por familias da el resultado. Ya nos gustaría que hubiera más, pero no hay. En la Alcarria, la actividad apícola profesional es limitada. Hay gente que lo tiene como afición. Para montar una explotación, el mínimo de colmenas que hay que tener son 350. Y para montar una marca, hay que montar una industria agroalimentaria, con todos los requerimientos de sanidad, agricultura y cumplir la ley de calidad de los alimentos de Castilla-La Mancha. No es fácil.

¿Qué edad media tienen los apicultores de Guadalajara?
En general, el sector no está muy renovado y en la denominación, estamos en torno a los 40 años de media. Son actividades de mucho riesgo donde la gente joven no se ha atrevido a entrar. Igual que en la agricultura hay todos los años un aporte de jóvenes porque otros condicionantes, como los seguros, las subvenciones o comercialización. Aquí en la apicultura, los seguros y la comercialización no están cubiertos. A partir de este año, creo que van a empezar a dar unas subvenciones directas tipo PAC de medidas agroambientales. A partir de ahí, se supone que entrará más gente. La apicultura es una actividad que engancha. El que entra, se queda. Lo que hay que conseguir es que entre más gente.

Si tuviera que recomendar a la gente consumir miel, ¿qué diría?
Les diría que la miel es muy buena para la salud. Es una medicina preventiva. Que es muy sano tomar un poquito de miel, no hace falta atiborrarse de miel. Y que si deciden tomarla, que sea miel de la Alcarria, denominación de origen, que la identifiquen con nuestra etiqueta y que sean adictos a la miel. Es un alimento energético pero muy saludable.