La Garlopa Diaria

29 noviembre 2006

El vídeo que han editado los socialistas sobre la actitud del Partido Popular permite algunas consideraciones de interés. En primer lugar, la flaqueza de la memoria, al menos de lo que podría llamarse la memoria pública. Creo (aunque naturalmente ya no estoy seguro de nada) que en 1998 vivía aquí y me dedicaba a lo mismo. Pero mi recuerdo sobre la que acabó llamándose (tarde) tregua trampa y sobre la actitud de los diversos actores comprometidos en aquellos 439 días sin asesinatos es muy débil. Con independencia de causas orgánicas la razón está, seguramente, en la gran cantidad de imágenes y de información adherida. La exuberancia informativa del presente no garantiza el vigor del recuerdo. Pero sí permite reconstrucciones como la de este vídeo que representa un salto cualitativo respecto de la propaganda habitual: el video está bien elaborado y se dedica por lo general a la presentación de hechos. Naturalmente que a las intervenciones de José María Aznar, Mayor Oreja, Miguel Ángel Rodríguez y Miguel Sanz podrían añadirse otras, en sus mismas bocas, que matizasen aspectos relevantes de la cuestión. Pero no parece que sobre las intervenciones en sí se hayan producido manipulaciones graves. La más llamativa que he detectado afecta, precisamente, a este periódico. Es cierto que en una entrevista con el director de El Mundo, Aznar se muestra partidario de la generosidad y así lo subraya el video. Pero el iluminador y la voz en off se quedan al borde de la frase siguiente, en la que Aznar manifiesta su rotunda oposición a lo que hoy llamaríamos el precio político. Los realizadores de videos deben tener en cuenta que en internet (medio de distribución fundamental del artefacto) las imágenes se leen. Uno de los aciertos fundamentales es la declamación de la palabra paz. Me veo incapaz de contar las veces que se pronuncia. Cada vez que uno la oye recuerda (lo tiene fresco) a un miembro del PP que replica: “¡Como si estuviéramos en guerra…!”. El video tiene un evidente objetivo político: deslegitimar, en razón del pasado, la actual postura del PP ante la negociación. El problema de ese argumento es que puede volverse en contra de los socialistas: precisamente porque existe el pasado los miembros del PP actúan así. No parece, tampoco, que sea un buen instrumento para acercar a la negociación al Partido Popular, y lo ha subrayado el presidente del Congreso con rara objetividad. Por último emergen dos mensajes: 1/ aun con muertos la paz se siguió intentando; y 2/ cuando se produjo el fracaso nadie le echó la culpa al gobierno. Sombríos movimientos preparatorios.

ARCADI ESPADA