La Garlopa Diaria

27 marzo 2009

No hay preguntas

trillo-periodistas

Esta mañana comenta Juan Cruz en su blog de elpais.com que el silencio de Federico Trillo ante las preguntas que los periodistas le hacen sobre el Yak-42 es, en el fondo, un insulto. Estoy completamente de acuerdo. La arrogancia, rayana con la chulería, con la que el ex ministro de Justicia de Aznar se toma todo lo referente a este escabroso suceso es una de las mayores máculas que pesan sobren un político, como diría el ABC, en «nuestra joven y vigorosa democracia». Es una lástima esta chabacanería con un asunto que irradia vergüenza e indignación por todos los poros. Ayer por la noche escuchaba en el coche el informativo nocturno de Onda Cero, un informativo bueno, serio, solvente. Pero sólo tocó el tema del Yak-42 a los diecisiete minutos de dar comienzo, y con un breve huidizo. Ya escribí en su momento en un artículo, publicado en Guadalajara Dos Mil, que el accidente de este avión y el ominoso proceso de recuperación e identificación de los cadáveres constituyen una vergüenza nacional de la que, al menos hasta el momento, Federico Trillo ha salido indemne. En cambio, él sí puede alardear que, con sus furibundos ataques en el Congreso, le dio la puntilla al dimitido Bermejo. Por cazar sin licencia. En fin, una historia funesta.

Cuando escribí aquella columna en el Dos Mil dije que los que defendían la actuación de la Administración en el trance del Yak eran «hijos de la peor calaña». Fue una sentencia rotunda que mantengo en el fondo, máxime ahora que el juicio está dejando claras muchas cosas que entonces no lo estaban tanto. Nos llovieron chuzos de punta. El PP de Guadalajara amenazó (un saludo, querido Porfirio) con una querella y traté de defenderme haciendo uso de la palabra, que es lo único que puede usar un periodista. Salí indemne, gracias también a la defensa que me proporcionó el director del periódico, cosa que le agradeceré siempre. Y todo esto que cuento, que es personal y que no es relevante, lo explico sólo para ilustrar la prepotencia de los políticos cuando un asunto les pisa demasiado los callos. Estoy seguro que el resto de colegas podrían contar episodios similares. La amenaza no es nueva. Viene de siempre. Pero eso no quita para que siga siendo grave, sobre todo cuando todos se llenan la boca con loas ampulosas sobre la libertad de expresión.

Trillo no acepta preguntas sobre el Yak-42. No se las acepta al juez (se niega a declarar mientras no sea requerido), como para dárselas a unos pobres periodistas… Trillo no responde, pero tampoco lo hizo Carme Chacón ayer a la salida de su reunión con el secretario general de la OTAN. Y no es la primera vez que lo hace. Tampoco las ha aceptado Barreda durante mucho tiempo en sus comparecencias públicas en Guadalajara. Y tampoco las suele aceptar la queridísima Magdalena Álvarez, de quien sé por gente cercana que su altivez provoca vértigo. Cada vez hay más políticos que convocan ruedas de prensa y no aceptan preguntas. Es la puntilla que necesitaba el periodismo, o sea, el derecho a la información. La FAPE, hace un tiempo, elevó una queja pública. Pero la protesta se la llevó el viento. A los periodistas nos toman por pitorreo y acaso sea por la soberbia de los políticos y por la transigencia de nosotros mismos. ¿Somos indolentes por naturaleza?

2 comentarios

  1. Blanca dice:

    Celebro que por fin haya comentarios en tu blog. Un blog sin comentarios es como una rueda de prensa sin preguntas. Uno opina y no deja que nadie le responda. Aunque no deja de ser una lata atender los comentarios, creo que la Garlopa ganará a partir de ahora, era lo único que faltaba.
    Estoy contigo Conde, que los políticos no permitan que se les interrogue en una comparecencia o rueda de prensa es un insulto, y que los periodistas no tengan nada que preguntar, más haya del cuéntenos, es una prueba fehaciente de que la profesión cojea.

  2. raul dice:

    Muchas gracias Blanca por tu comentario. La verdad, hasta ahora era reticente a aceptar comentarios en el blog no por perrería para seleccionarlos o por miedo a la crítica, sino para evitar insultos y descalificaciones por parte de los «trolls» habituales en este tipo de foros. Me encanta recibir comentarios y apostillas a los artículos, pero no tolero el insulto de ninguna manera. De ahí mis reticencias, pero hasta ahora la experiencia está yendo de maravilla. Un saludo.

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