Cuatro ‘ex’
Madrid, tarde-noche del martes. Círculo de Bellas Artes. Presentación del libro La primera gran crisis financiera del siglo XXI, del prestigioso economista Guillermo de la Dehesa. Se reúnen cuatro ex ministros de Economía: Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Rodrigo Rato y Pedro Solbes. Por sus manos han pasado las cuentas del Estado y la dirección económica de España durante los últimos veinte años.
Son gente extraordinariamente preparada, con una formación notable y con amplia experiencia en la gestión, sobre todo, pública, pero también privada. Cabezas inteligentes. Mentes brillantes. Políticos astutos. Sin embargo, algunas de las cosas que dijeron puede que no se entiendan. O al menos yo no las entiendo viniendo de cuatro personas que han sido servidores públicos.
Por ejemplo, no comprendo qué quiso decir Solchaga, un liberal socialdemócrata o un socialdemocráta liberal, con eso de que la protección por desempleo es «más cara y generosa de lo que España, por su nivel, se puede permitir». ¿Qué quiere decir? ¿Que el Gobierno debería retirar la cobertura de desempleo? Y si fuera así, ¿a quién le tocaría la china de dejar de cobrar del erario al que ha contribuido mientras disponía de empleo? ¿Desde cuando para un ex ministro socialista el desempleo es caro? ¿Esta es la línea que debería tener una hipotética reforma laboral que el mismo Solchaga pidió en ese acto?
Luego, tampoco entiendo a Boyer cuando se confiesa partidario de reformas estructurales, «pero no ahora», sino cuando pase la tormenta. ¿Y entonces para qué serviría?, pregunto como ignorante que soy en estas lides.
Rato también me desconcertó porque advirtió que España puede sufrir una crisis «a la japonesa», es decir, periodos muy largos de crecimientos muy lentos. Criticó los estímulos fiscales y se preguntó si la economía «no estará viviendo ya nuevas burbujas en los mercados de bonos y capitales, cuando todavía no se ha salido de la crisis». En cambio, no se atrevió a formular una autocrítica por alardear de un crecimiento económico muy por encima de la media europea, cuando él era ministro de Economía, mientras se ponían los cimientos -nunca mejor dicho- de la crisis que ahora ha estallado. Rato es muy inteligente, pero nunca le he visto admitir un error en público.
Y, finalmente, Solbes. Primero dijo que no hablaría de España y luego se deslizó con eso de que «se puede hacer algo más sofisticado que abrir y cerrar zanjas», es de suponer que en alusión al Plan E del que es corresponsable. Y agregó: «uno tiene la sensación de que el avance no se está haciendo en la dirección que a uno le gustaría». ¿Y por qué no se ha quedado en el Gobierno para enderezar ese rumbo? ¿Y por qué no reconoce también que se ha ido del Gobierno dejando a España con más de cuatro millones de parados? ¿O es que los parados son sólo del presidente de ese mismo Gobierno? ¿Cuál es la receta de Solbes, la que defendió ante Pizarro en nombre del PSOE en aquel célebre debate electoral de Antena 3 o la que insinúa cuando comparte actos públicos con Rato?
Después de escucharles, resulta bastante difícil distinguir si los cuatro ex ministros de Economía pertenecen a distintos partidos políticos o si, por el contrario, se han convertido todos al mismo credo. Sólo faltó Elena Salgado para dejar las cosas todavía menos claras.