Periodistas

11 octubre 2006

JAVIER REVERTE, PERIODISTA Y ESCRITOR

«Un escritor debe escribir sobre lo que conoce»

Periodista, escritor y viajero, Javier Reverte (Madrid, 1944) ha recorrido todo el mundo contando sus experiencias en sus libros. Su éxito entre los lectores llegó con "El suelo de Africa". Desde entonces ha vendido cientos de miles de ejemplares de sus libros de viajes y de sus novelas y ahora acaba de publicar "La aventura de viajar. Historia de viajes extraordinarios" (Plaza Janés).
Fax Press, 10.10.06
Fax Press

PREGUNTA.- ¿Qué nos ofrece en su último libro?.

RESPUESTA.- Es un libro muy variado, donde he querido contar muchas cosas de mis viajes que antes no había contado y que en cierto sentido tuvieron un carácter extraordinario y se salían de lo común. El primer viaje que cuento en este libro es una excursión que hice con el colegio cuando era niño y que para mí fue un hecho absolutamente extraordinario. Cuento cómo eran esas excursiones a la sierra de Madrid en aquellos autobuses que la mayor parte de las veces pinchaban, y lo divertido que era cuando éramos críos de nueve o diez años. Lo que siempre me ha impulsado viajar es contrastar por mi mismo la realidad de las cosas, algo que siempre es extraordinario.

P.- En «La aventura de viajar» también rememora sus viajes como periodista siguiendo a muchas personalidades…

R.- Así es, cuento muchos viajes de prensa y recupero lo que no conté entonces porque sucedía entre bambalinas. Podía contar la noticia y dar la crónica, pero no contaba mis propias vivencias con los protagonistas de la noticia. Este libro es casi una memoria de viajes extraordinarios, escrito con humor y en el que se va relatando mi evolución como viajero, mi perspectiva y mi visión del viaje, lo que para mi ha significado desde niño el hecho de viajar.

P.- ¿Los viajes son una aventura, una droga, una forma de entender la vida o todo a la vez?.

R.- Todo a la vez. A la aventura no le doy el matiz del riesgo, sino el sentido de ir hacia lo que no conoces, y cualquier viaje es una aventura para todo el mundo. Salimos de lo que hacemos todos los días. Es una huída.

P.- Pero ahora hay mucho miedo a iniciar cualquier aventura, parece como si siempre quesiéramos saber como acabarán las cosas…

R.- El ser humano siempre ha sido miedoso, ha tenido bastante miedo al futuro, pero no le ha quedado más remedio, a lo largo de la historia, que enfrentarse a él, sobre todo por las circunstancias personales que tenemos casi todos y que nos obligan a arreglárnoslas como podamos. Lo que pasa es que al final si te has aventurado hacia lo que no conoces, si has querido disfrutar de algo sin pensar en el final, es un disfrute mucho mayor. Hay muchos viajeros para los que lo importante no es el destino sino el camino. Como en la vida, lo importante no es el final, sino recorrer el camino.

P.- Cuando viajaba como periodista, ¿cuando dónde se sentía más a gusto, acompañando personajes importantes o cubriendo conflictos bélicos?.

R.- No he sido un especialista ni en una cosa ni en la otra. Un escritor debe escribir sobre lo que conoce y yo he querido conocerlo todo. Por eso he estado en tantas guerras. No me gustan nada las guerras, las detesto, y tampoco me gusta cómo practican el periodismo bélico determinadas personas. Yo he visto la guerra como dolor, como tragedia y como pérdida de la dignidad. Tampoco me gustaban demasiado los viajes de los Reyes, pero tenían un gran interés humano porque acompañándolos conocías lugares que un simple turista no puede conocer: el interior de palacios, gente en los banquetes… Todos los viajes son interesantes, pero los que más me gustan son los que hago últimamente, cuando cojo mi bolsa y me voy, mundo adelante, sin tiempo cerrado y para escribir un libro.

Periodismo y Literatura

P.- ¿Hay muchos corresponsales de diseño, de esos que van con chalecos que tienen un montón de bolsillos que no saben con que llenar y tan alejados del modelo del gran Manuel Leguineche?.

R.- Manu ha sido el fundador, el padre del periodismo bélico en España y nunca le he visto vestido con esas chaquetas de pescador de truchas, ni adoptando esas posturas chulescas, ni contando a la gente batallitas a base de contar lo cerca que le pasaban las balas por arriba y por abajo. Manu ha hecho siempre crónicas sobre la actualidad, sobre como se vivía una guerra, sobre lo que pasaba en esas guerras y sobre el dolor de las guerras. El bautizó a los periodistas de guerra como «la tribu» y la verdad es que es el gran gurú de esa «tribu». Yo le admiro mucho, como también admiro el trabajo de Alfonso Rojo, de Pérez Reverte y de unos cuantos más, pero hay mucha payasada en ese mundo y la parte de la payasada es la que no soporto.

P.- Hay quien asegura que en todo periodista hay un escritor…

R.- Yo no creo que todos los periodistas quieran ser escritores, pero sí creo que en la mayor parte de los escritores hay un periodista, porque la mayor parte de los escritores se basan en la realidad y en la vida para contar sus historias. Hay algunos, pocos, que, como Kafka o Proust, son capaces de crear un gran libro a partir de una abstracción, pero la mayor parte necesitan de la vida y el periodismo es vida, te permite ver la realidad de una manera muy amplia, te abre mucho el teatro de la vida.

P.- ¿»La aventura de la vida» es un ejercicio de melancolía?.

R.- Hay algo de melancolía, pero he procurado no personalizar en exceso a pesar de que era inevitable porque tenía que hablar de los sitios en los que he estado y es evidente que el protagonista soy yo, pero en todo momento he intentado que el punto de vista no fuese demasiado egocéntrico cuando hablaba de mi mismo, y además busco mucho el reírme de mi mismo, porque si uno aprende a reirse de si mismo tiene tema para toda la vida. Yo me río de mi mismo y eso se aprende en los viajes. En los viajes aprendes a reirte mucho de ti mismo y menos de los demás.

Aventuras y peligros

P.- En sus libros la gente que encuentra siempre es protagonista…

R.- Un libro de viajes no es un libro de aventuras, es un libro sobre la gente, sobre las vidas que encuentras en el camino y, en mi caso, sobre las vidas del pasado, porque siempre incluyo mucha historia en mis libros.

P.- ¿Tal vez el peor momento de los que ha vivido viajando haya sido bajando el río Congo?.

R.- Sí, bajé el Congo durante un período de entreguerras y lo pasé fatal. Me tuvieron detenido durante tres horas para intentar sacarme el dinero que no llevaba, lo tenía escondido en el barco donde viajaba, y creo que me salvé porque no se lo dí. Si se lo hubiera dado me hubieran tirado al río después de matarme. Hubo un momento en el que iba por la selva a oscuras con varios soldados y pensé que me iban a pegar un tiro. En ese momento pensé que me iban a matar.

P.- ¿Se arrepiente?.

R.- No. Si hubiera sabido que me iba a pasar algo malo, no hubiera bajado por el río. No voy de «Camel Trophy» por el mundo, si hay un peligro echo a correr para otro lado como todo el mundo. Pero una vez que ha pasado ya no tiene arreglo y encima me dio tema para un libro.

P.- ¿Cómo finalizó la historia?.

R.- Que más da.. ¡Terminó bien porque estoy aquí!