MIGUEL ARNAS, AUTOR DE "BUSCAR O NO BUSCAR'

“Nunca se logrará la paz en el País Vasco”

El escritor presentó esta semana su novela “Buscar o no buscar”, ambientada en la tregua de ETA La novela se centra en un antiguo terrorista que deja la banda y asume como estrategia la negociación, mientras otro que sigue en la lucha es incapaz de negociar, sólo desea acabar con ‘el otro’
El pasado lunes se presentó en Madrid, en un céntrico café de la capital, la novela ganadora del Premio Provincia de Guadalajara de 2006. Lleva por título Buscar o no buscar y su autor, Miguel Arnas, decidió ambientarla en la tregua de ETA. Los padrinos literarios de la presentación fueron el escritor alcarreño Antonio Pérez Henares y Miguel Ángel de Rus, director de Ediciones Irreverentes, que es quien ha editado la obra. Durante el acto, Arnas afirmó que la paz en el País Vasco no se va a conseguir nunca por medio del diálogo, porque los vascos son muy españoles, son los más españoles, y los españoles no sabemos negociar. Incluso aunque se les diera la razón en todo, habría vascos que no estarían contentos y tendrían peticiones nuevas”.
Nueva Alcarria, 25.02.08
Raúl Conde

Miguel Arnas no es un autor conocido, pero tampoco primerizo. Ya ha publicado varios volúmenes y ahora se consolida con su nueva novela, «Buscar o no buscar», ganadora del Premio Provincia de Guadalajara de Novela en 2006. Durante su presentación, en 2006, sostuvo que “la paz en el País Vasco no se va a conseguir nunca por medio del diálogo, porque los vascos son muy españoles, son los más españoles, y los españoles no sabemos negociar. Incluso aunque se les diera la razón en todo, habría vascos que no estarían contentos y tendrían peticiones nuevas”. Abundando en este asunto, que está íntimamente ligado a la trama central de su novela, afirmó que “de hecho, parten de algo que es una locura, compararse con Irlanda. Esa incapacidad de negociación se refleja en ‘Buscar o no buscar’, novela en la que el antiguo terrorista, el que deja la banda, tiene como estrategia la negociación, mientras que el que sigue en la lucha es incapaz de negociar, sólo desea acabar con ‘el otro’. Son dos modos de ver la vida; el que se conforma con que le dejen en paz y el que no quiere la paz, sólo desea imponerse”.

Ediciones Irreverentes decidió presentar la novela en el café El Espejo de Madrid, en el Paseo de Recoletos. Actuaron de presentadores los escritores Antonio Pérez Henares y Miguel Angel de Rus. Pérez Henares fue el director del Jurado y justificó su elección porque “es una novela escrita de un modo sólido, con un gran tratamiento de la psicología de los personajes y que refleja una realidad no sólo española, sino universal”. Buscar o no buscar es una novela sobre el terrorismo vasco y está ambientada en el momento en que se declara la tregua por parte de la banda terrorista ETA. Sin embargo, para Miguel Ángel de Rus, “podría tratarse de activistas de Sendero Luminoso o de cualquier otro grupo terrorista de cualquier país hispanoamericano. Los militantes del grupo comenzaron su lucha por odio y creyendo tener una ideología, finalmente esa ideología se ha diluido en frases sin sentido y no saben bien contra qué están luchando”.

Juego de la vida

El argumento del libro se basa en u antiguo terrorista y traidor a la organización a la que pertenece. Vive aislado en una casona en el bosque, oculto tras una falsa personalidad. Sabe que le buscan, que tarde o temprano lo encontrarán y que cuando llegue ese momento no habrá salvación. Por ese motivo, cuando sus asesinos aparecen, los atiende con displicencia, como si no le importase morir. Uno de ellos, viejo camarada de comando y antagonista le propone el gran juego, el de la propia vida. Es también una forma de demostrarle superioridad, de exhibir poder. La capacidad de improvisación de la más que presunta víctima puede evitarle una muerte segura, pero la noticia de la tregua de la Organización, para la que no se ha consultado con el veterano militante, generará un conflicto de consecuencias difíciles de predecir. Buscar o no buscar trata la lucha entre la lógica individual, que nos hace conscientes de que nadie morirá por nosotros, y la lógica histórica donde el individuo cuenta poco.

Para Miguel Arnas, “publicar en una editorial que tiene en su catálogo a autores como Francisco Nieva, Fernando Savater, Antonio Gómez Rufo, Lourdes Ortiz, Konrad Lorenz, Alonso de Santos, Mendicutti, Augusto Monterroso, Ana María Matute, Umbral o Mario Benedetti, cuando vives en Granada y no te dedicas a frecuentar círculos literarios es muy difícil. En este caso, el premio concedido por la Diputación de Guadalajara ha servido para entrar en un círculo que es importante para un autor que, como yo, vive para escribir, pero lejos de los dos grandes centros de edición”. La obra se ha publicado gracias a la colaboración de la Diputación Provincial.

Miguel Arnas Coronado nació en Barcelona en 1949, pero reside en Granada desde 1980, donde ejerce como profesor de Dibujo de Enseñanza Secundaria. Su afición a la literatura, aunque nada tenga que ver con su oficio, le llega con el uso “moderado” de la razón, tal como proclamó. Empieza a escribir a los 20 años sin mayor éxito. En 1987 recibió una beca del Ministerio de Cultura para acabar su novela Nos, que permanece inédita. Anteriormente, ha publicado la novela Bajo la encina y el libro de poemas en prosa El árbol. Obtuvo el accésit al premio de novela corta José Somoza con su novela La credulidad. Por otra parte, ha publicado artículos de crítica en las revistas “Ficciones” y “Alhucema de Granada”, “Arenas Blancas” de San Diego, en California, y en la revista electrónica “Adamar”. Además, se ha incluido un cuento suyo en la edición colectiva Las narraciones breves de Ideal, durante el verano de 2001. Ha participado en el libro colectivo Granada 1936. Es miembro activo del “Institutum Pataphisicum Granatensis”, que le concedió una cátedra rimbombante de la que se siente especialmente orgulloso. Confiesa que ha leído y escrito “como el lujurioso confiesa que fornicó”, dijo.

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Un autor emergente

La novela Buscar o no buscar, con la que obtuvo el Premio Provincia de Guadalajara de Narrativa el año pasado, no es el único texto en el que ha destacado Miguel Arnas. Se trata de un escritor que no vive de lo que escribe, pero sí ha tenido experiencias positivas en este terreno. El premio de la Diputación alcarreña le ha posibilitado, como él mismo reconoció en la presentación del libro esta semana, adentrarse en unos circuitos literarios con los que no frecuenta, tal como reconoció. Quizá por ello su literatura es más fresca y atrevida, acaso menos encorsetada, que la de otros autores consagrados o con mayor renombre dentro del mundo de las letras. En todo caso, es un autor con una experiencia ya dilatada. Cuando publicó su libro El árbol (2006), escribió: “las palabras no llenan el vacío, lo ahondan. Son vértigo, sombra de otra palabra con más luz, y ésta, sombra de la última deslumbradora, inasequible, inhumana. Las palabras no son piel sino entraña, con ellas queda a un lado la caricia y alcanzamos la penetración. Tal vez era mejor el sinsentido, el son preclaro, la música sin partitura de las letras. ¿Qué haríamos sin ellas?, están en el camino”.