REPORTAJE

Entrepeñas y Buendía, víctimas del semestre hidrológico más seco de los últimos 60 años en España

El Gobierno ha aprobado un paquete de medidas para paliar la sequía y asegura que no está en riesgo el abastecimiento a las poblaciones El presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo sostiene que “no existe sequía” y no augura futuros trasvases
El director general de la Agencia Estatal de Meteorología, Francisco Cadalso, ha adelantado que España podría registrar el semestre hidrológico más seco de los últimos 60 años, salvo que se registre, de aquí a final de mes, una media de 20 litros por metro cuadrado, algo que no es previsible. El año hidrológico comenzó el pasado mes de octubre y el primer semestre se cumplirá a finales de febrero. La situación de los pantanos de Entrepeñas y Buendía ejemplifica nítidamente la falta de agua. El nivel de los embalses alcanza los 279 hectómetros y son la imagen del desarrollo, ligado a los pantanos, que ha desaparecido por completo en la zona. Algunos expertos lo achacan al cambio climático.
Nueva Alcarria, 25.02.08
Raúl Conde

Desde el mes de octubre hasta ahora “sólo ha llovido un poquito más de la mitad de lo que debería haber diluviado”, aseguró recientemente Francisco Cadalso, tras la inauguración de la nueva Agencia Estatal de Meteorología, en presencia de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que recordó que desde 2005 se vive se registran en España los datos más “severos” de toda la historia de los registros. En concreto, el valor medio de precipitación ha sido de 177 milímetros en este periodo cuando debería haber sido de 316 milímetros. “La buena noticia es que a pesar de la sequía, se mantiene la garantía de suministro de agua para uso humano, y el Gobierno sigue trabajando para minimizar los efectos de la sequía en el regadío”, añadió.
El Consejo de Ministros aprobó hace dos viernes un Real Decreto de medidas excepcionales para la gestión de los recursos hidráulicos y la corrección de los efectos de la cuenca del Ebro, además de la transferencia de 4,99 hectómetros cúbicos desde la cuenca atlántica andaluza a la del Guadalquivir. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, insistió en que la rueda de prensa posterior al Consejo que la situación de la sequía en España “es complicada pero no pone en riesgo el abastecimiento a la población debido a las políticas que ha estado desarrollando el Gobierno”. De la Vega señaló que el objetivo es garantizar el abastecimiento de las poblaciones y establecer criterios racionales del uso del agua en toda la zona. “El Gobierno actúa frente a la sequía a partir de la racionalidad, del rigor y de la solidaridad, como hemos venido haciendo en estos cuatro años”, aseguró.

Medidas en las cuencas

El decreto que ha sacado adelante el Gobierno establece la autorización a la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Ebro para modificar temporalmente las condiciones de utilización del dominio público hidráulico y, en particular, para reducir las dotaciones en el suministro de agua que sean necesarias para racionalizar la distribución de los recursos hídricos. Igualmente, podrá modificar los criterios de prioridad para la asignación de recursos a los distintos usos del agua e imponer la sustitución de la totalidad o de parte de los caudales concesionales por otros de distinto origen y de calidad adecuada para el uso al que está destinado. También podrá modificar las condiciones fijadas en las autorizaciones de vertido y las asignaciones y reservas previstas en el plan hidrológico. Además, se podrá exigir a los usuarios la instalación inmediata de dispositivos de modulación, regulación y medición en las conducciones, así como adaptar el régimen de explotación de los aprovechamientos hidroeléctricos a las necesidades para compatibilizarlos con otros usos. El Gobierno ha pedido a la población que siga manteniendo sus hábitos de ahorro, concienciación y sensibilidad frente a la delicada situación en la que nos encontramos en las zonas en las que persisten las condiciones de sequía.

Cabecera del Tajo

La reserva de agua en los dos embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, registraron esta semana un descenso de dos hectómetros cúbicos y se sitúa en 279 hectómetros cúbicos, el 11,27 por ciento de su capacidad total, que es de 2.474. Según los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), el pantano de Buendía, en la provincia de Cuenca, almacena 169 hectómetros cúbicos, uno menos que la semana anterior, y dispone del 10,31 por ciento del total de su capacidad, de 1.639 hectómetros. El embalse de Entrepeñas, en la provincia de Guadalajara, tiene un hectómetro cúbico menos que la semana anterior y embalsa 110 hectómetros, el 13,17 por ciento de su capacidad, que es de 835 hectómetros cúbicos.

El Consejo de Ministros autorizó el 28 de diciembre de 2007 un trasvase de agua por el acueducto Tajo-Segura de 48,8 hectómetros cúbicos durante el primer trimestre de 2008, de los cuales once son para regadío. El trimestre pasado, último de 2007 y primero del año hidrológico, se trasvasaron 69 hectómetros cúbicos, de los que 37,6 fueron para consumo humano y 31,4 para el riego en el sudeste español. La aprobación de trasvases de agua por el acueducto corresponde al Consejo de Ministros, mientras que la reserva de agua en Buendía y Entrepeñas se sitúe por debajo de 450 hectómetros cúbicos y por encima de 240. Si se rebajase ese límite, quedarían prohibidos por ley nuevos trasvases, hecho que no ha ocurrido nunca desde que la norma está vigente, aunque en el verano de 2006 la reserva descendió hasta los 241 hectómetros cúbicos. En el conjunto de la cuenca del Tajo las reservas de agua han aumentado en la última semana en 33 hectómetros cúbicos, el 0,30 por ciento, y ascienden a 4.914 hectómetros, el 44,62 por ciento de la capacidad de la cuenca.

La situación de los pantanos de la cabecera del Tajo es una buena muestra de la excepcional sequía que aturde a las reservas de agua en España. Debajo de la polémica política que se ha instalado entre los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y Murcia, y a cuenta del extinto Plan Hidrológico Nacional, subyace una realidad física que sólo tiene una explicación científica y técnica. Sin embargo, también el análisis de la propia coyuntura está sujeta a debate. El pasado lunes, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), José María Macías, indicó en Guadalajara que “probablemente no sean posibles nuevos trasvases (al Segura) salvo que cambie muchísimo la situación”, sobre la cual resaltó que son los cinco primeros meses de año hidrológico más secos desde 1912. Macías consideró que “no existe una situación de sequía” y sostuvo que los municipios de la cuenca del Tajo tienen garantizado el abastecimiento y los regadíos este verano, salvo “una pequeña zona” de Madrid. Macías acudió a Guadalajara para firmar un convenio con el Gobierno de Castilla-La Mancha de ampliación del abastecimiento de agua a la mancomunidad de La Muela. Allí, el consejero de Ordenación Territorial, Julián Sánchez Pingarrón, se comprometió a que la Junta de Castilla-La Mancha reivindicará el incremento de la cota mínima no trasvasable en Entrepeñas y Buendía, actualmente fijada en 240 hectómetros cúbicos (un 10% de la capacidad de los embalses). Concretamente, dijo: “es cierto que hay un desacuerdo entre el Gobierno central, con el Ministerio de Medio Ambiente; y el Gobierno Regional, a cuenta del trasvase. La Junta va a ser dura para subir esa línea» durante la revisión del Plan de la Cuenca del Tajo, proceso que se está ejecutando actualmente”. Entretanto, las barcas han desaparecido por completo de los alrededores de Sacedón o Pareja. El negocio turístico se ha quebrado. Y las perspectivas de desarrollo se han vuelto más negras que el cielo, donde los nubarrones y la lluvia brillan por su ausencia.

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La política del agua, al albur del cambio climático

Narbona no prevé “lluvias espectaculares” en la cabecera del Tajo y los ecologistas prevé periodos de sequía frecuentes

Si no hay suficiente agua en los pantanos, es obvio, se debe a una falta de lluvias. Pero la pregunta que hay que descifrar es por qué no llueve tanto ahora como antaño. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, advirtió el martes de que se necesitarían lluvias “realmente espectaculares” durante más de un mes para superar la situación de sequía en varios puntos de España, entre ellos la cabecera del Tajo. Las principales asociaciones ecologistas del país han pedido que “se reoriente la política del agua ante la previsión de escenarios de sequía cada vez mayor debido al cambio climático”.

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMT) “no prevé que la intensidad, cantidad y duración sean tales que deje atrás la sequía en Cataluña, las cuencas de Júcar y Segura, la cabecera del Tajo y parte del Ebro”, explicó Narbona esta semana. En todo caso, aseguró que en todas estas situaciones el Gobierno actúa “como viene actuando desde que comenzó la sequía en 2005” y criticó a quienes en aquel momento tacharon de “catastrofista” al Ministerio de Medio Ambiente por comenzar a tomar medidas en febrero de aquel año. “Hicimos muy bien -aseguró-. Se ha garantizado el abastecimiento de agua para consumo humano”.

Narbona se apuntó a la tesis de muchos expertos para buscar respuestas a la falta de lluvias: el cambio climático. “Tenemos que asumir que con el cambio climático cada vez las sequías serán más prolongadas y más frecuentes”, insistió. “Por eso hemos reorientado la política del agua a través del programa A.G.U.A., para que se base en una mejor gestión, un ahorro masivo de agua en la agricultura y las mejores tecnologías para obtener un agua de calidad”. El proceso de sequía de España está en proceso y no va a parar porque está causado por el cambio climático, según alertó a Efe el subsecretario general de la OMM, Jeremiah Lengoasa. El funcionario internacional participa en la Segunda Conferencia Internacional sobre Cambio Climático y Turismo, que tiene lugar durante tres días en la localidad suiza de Davos. “A causa del cambio en los ciclos pluviales, la sequía va a ser cada vez más constante en España, y el proceso de desertización va a aumentar”, aseguró Lengoasa.

España no es un caso aislado, toda la cuenca mediterránea va a sufrir las consecuencias del cambio climático, que ya ha provocado una variación de los ciclos pluviales hacia el norte de Europa. Eso tendrá como consecuencia que cada vez lloverá menos en los países mediterráneos y la sequía se generalizará. “El proceso ya es un hecho. Ya sabemos que cada vez lloverá menos en España, Portugal, Italia, Grecia y que aumentarán las precipitaciones en Dinamarca y Suecia”, explicó Lengoasa. Por ello, este relevante experto mundial alertó que “hay que ver si la agricultura es todavía viable en algunas zonas, si el regadío tiene que mantenerse, etc. Hay que aceptar que el proceso ya llegó, ahora hay que adaptarse e intentar mitigarlo”. Por ahora, España es uno de los países más alejados del mundo en cumplimiento de los compromisos del Tratado Kioto, dado que en el 2006 emitió un 48 por ciento de gases de efectos invernadero más que en 1990. El protocolo obliga al país a descender en el 2012 hasta el 15 por ciento de esas emisiones, algo que parece difícil de conseguir por lo que el gobierno deberá seguir recurriendo a la vía de comprar derechos de emisión a aquellos países que emiten menos de lo que les corresponde.
Multitud de organizaciones sociales han revindicado el discurso que alerta sobre los efectos del cambio climático en los recursos hídricos. Representantes de organizaciones ecologistas en España han reclamado que se reoriente la política del agua ante la previsión de escenarios de sequía cada vez mayor debido al cambio climático, y después de conocer que éste será el semestre hidrológico más seco de los últimos 60 años. El secretario general de WWF/Adena, Juan Carlos del Olmo, afirmó que los periodos de sequía y escasez de agua cada vez van a ser más frecuentes en España. “Hay que prepararse para escenarios más graves y frecuentes estableciendo una política de control de la oferta de agua”, añadió. Por su parte, el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos aseguró que si no se toman medidas frente a la sequía, el próximo otoño podrían empezar a registrarse restricciones de agua para consumo humano en ciertas partes de Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha y Cataluña. El presidente de la institución, Edelmiro Rúa, aseguró que es necesario racionalizar el regadío en toda España así como imponer un «mando único» en la gestión del agua. “El pronóstico general es que a partir de Otoño puedan aparecer los primeros síntomas de alerta roja, con cortes de 12 a 15 horas”, aseguró, a pesar de que el Ejecutivo insiste en que el suministro para uso humano está garantizado.

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El campo, sin agua

El mundo rural es siempre el más perjudicado en tiempos de sequía. La organización agraria Asaja ha advertido que falta de agua embalsada para los regadíos va a tener un impacto gravemente negativo para el sector agrario y ganadero y por ello pidió a las administraciones que tomen medidas urgentes antes de que la situación sea catastrófica e irreversible. Los miembros de Asaja señalaron que debido a la sequía se producirá una caída de la producción agrícola y un aumento de los costes de alimentación de los animales ante la falta de cosechas nacionales. Esta organización agraria avisó que “no hay que esperar a que se ponga en riesgo el suministro de agua para uso humano para entender que la sequía va a tener unas consecuencias drásticas”. Al mismo tiempo, recordó que “desde octubre hasta ahora las precipitaciones han sido nulas” y, por lo tanto, España sufre “la peor sequía de los últimos decenios, superior incluso en intensidad a la de los años noventa”, según palabras del director general del Agua, Jaime Palop. Asaja de Castilla-La Mancha subrayó que la falta de lluvias afecta ya al normal desarrollo de los cereales de invierno, pero si la situación persiste también repercutirá en la planificación de la siembra de primavera, tanto de cultivos hortofrutícolas como oleícolas y herbáceos, especialmente, el maíz. Los cultivos leñosos, tales como el olivar o el viñedo, también notarán los efectos de la sequía debido a que la falta de agua provocará un estrés hídrico que debilitará la planta, lo que repercutirá en su normal crecimiento así como en la afección sanitaria, aseguró la organización agraria. En cuanto a la ganadería, la principal repercusión de la falta de precipitaciones está siendo la falta de pastos en determinadas zonas, lo cual puede traer graves consecuencias a partir de junio si sigue sin llover lo suficiente. Asaja también dejó claro que si no se producen lluvias significativas en los próximos meses habrá un alza en los precios de los cereales y, por tanto, un aumento de los costes de producción.