Libros

3 marzo 2006

Pasos de ayer en los caminos de hoy

Raúl Conde

El encabezamiento de este artículo es el título de un libro de reciente aparición, editado por ADEL Sierra Norte y escrito por Mª José Sánchez Moreno. Se trata de una obra que culmina la convocatoria del I Certamen Tradicional de la Sierra Norte. Después del prólogo y la introducción de rigor, el libro se puede dividir en dos partes. La primera se bifurca asimismo en otras dos áreas. Una recoge con bastante ligereza los aspectos económicos, naturales, culturales y de hábitat de la comarca. La otra, más extensa aunque igual de somera, es una compilación de los datos más importantes de todos los pueblos de la serranía, es decir, todos a los que alcanza la acción del programa europeo Leader II, gestionado en la zona por la Asociación para el Desarrollo Local de la sierra norte.

La segunda parte del libro es, quizá, la más interesante y original. La autora y sus colaboradores indirectos –participantes en el mencionado certamen- se nutren de información verbal para dejar por escrito todo un compendio de leyendas, historias, anécdotas, curiosidades, vivencias, personajes populares, costumbres, usos, tradiciones y un capítulo algo corto dedicado a la gastronomía. Todo ello, expresado con un lenguaje sencillo y ameno que conecta directamente con el tema que se trata. El libro se cierra con un apéndice documental de fotos de Camarillo –nada nuevo, por otra parte- en las que dejó retratadas algunas obras de arte destruidas durante la guerra, y un epílogo, en mi opinión nostálgico y derrotista, palpable en la reiteración de frases como “a nuestra manera, éramos felices”. ¡Cómo si ahora no lo pudiésemos ser con nuestras costumbres! La vida campesina se muere, es cierto. La revolución industrial de las ciudades hirió de muerte a la cultura tradicional, también es cierto. Más hagamos lo posible por no llorar demasiado, mirar al futuro con ilusión y valorar en su justa medida el esfuerzo –agotador, por cierto- que despliegan todos aquellos que siguen creyendo en los pueblos de la sierra. Tanto valor tiene esta tarea como la de nuestros ancestros. Esto es fundamental resaltarlo.

Por las 350 páginas que contiene el libro desfilan desde personajes populares como “El Solfa”, confitero inolvidable, hasta Hermenegildo Alonso, maestro del arte de hacer caretas para las botargas. Una información bastante amplia jalonada por instantáneas en blanco y negro que nos retrotraen a tiempos pasados. En la primera parte, acaso se echa en falta fotografías más amplias y, sobretodo, en color. Porque, sin duda, después de la lectura atenta del volumen, uno se queda con la sensación de que el texto cojea en algunos puntos. Quiero decir que la primera parte del libro de Sánchez Moreno, sobra. Mejor dicho, no es que sobre, es que tiene la entidad suficiente como para dedicarle un libro entero, igual que la segunda. Por tanto, quizá lo mejor hubiera sido haber escrito una guía en la que se viesen reflejados todos los pueblos de la Sierra, incluidas las rutas turísticas que transcurren por ella. Y, aparte, otro libro –nunca hay que escatimar perras a la cultura- dedicado a las tradiciones, el ancestralismo… Pero, ¡qué le vamos a hacer! Las cosas son como son y el caso es que el libro que comentamos, cuidadosamente editado eso sí, es el primero que se dedica a recoger las virtudes que adornan a nuestra querida sierra. Esperemos que no sea el último.