Apuntes
El run run electoral va poco a poco convirtiéndose en Castilla-La Mancha en una guerra a tumba abierta en la que los dos candidatos se juegan algo más que su propio futuro. Para el PSOE, está en juego perder una comunidad asociada a sus siglas. El viernes pasado trascendió una encuesta de Ferraz que indica que para un 52% de los castellano-manchegos es más importante para decidir el sentido de su voto la situación por la que atraviesa España que los asuntos de su región. Moraleja: Barreda tendrá que escurrir aún más el bulto de Zapatero. Para el PP, está en juego la posición de su secretaria general. Hay muchas miradas dentro de sus filas que escrutarán a fondo el resultado de Cospedal. Será entonces cuando los ‘halcones’ del PP determinen si ha sido rentable ese empeño de la candidata en compatibilizar medio pie en Madrid y otro en Toledo. Pero Rajoy está poniendo tanto énfasis en Castilla-La Mancha que cualquier resultado que no signifique un vuelco servirá de consuelo. Puede que ni siquiera una derrota ajustadísima.
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Magdalena Valerio ha presentado para Guadalajara una lista renovadora, aunque los críticos dentro del partido anden en calma chicha. Ha combinado la entrada de personas solventes y extraordinariamente preparadas, como Rafa de Lucas, con caras nuevas sin apenas bagaje para presentar batalla y otras que proceden del movimiento asociativo. Encuentro un soplo de aire fresco necesario en el Grupo Socialista, aunque alguien tendrá que seguir interpretando el papel que antes hicieron Sevillano o Jose Alonso. No creo, eso sí, que sea una lista capaz de ganar a Román. No por demérito de los que la componen, sino porque el pescado en la capital parece más que vendido. Veremos.
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Lo que no está vendido es el resultado de las regionales en Guadalajara. Las encuestas fluctúan y el PSOE ya ha desenvainado su cartel. La candidatura de Pérez León, forzada por el propio Barreda, no la deja en buen lugar, entre otras cosas, porque le regala al PP la coletilla de que da por perdida la Diputación. Pero pongámonos en el 23 de mayo. Si el PSOE pierde todo, Diputación y Junta, se quedará de diputada regional y aquí paz y después una legislatura. Pero si gana en las dos, se supone que tendrá que recular y seguir siendo presidenta. ¿Está dentro de las normas y se puede hacer? Sí, claro. ¿Es la mejor idea para seguir abonando su discurso, que es sincero, de pasión por la provincia? Pues no lo creo. En cuanto al resto de la lista, el fichaje pinturero de Sonia Reyes (¿no hubiera sido mejor presentarla para la capital?) tiene una compensación soberbia en la persona de Fernando Lamata, uno de los políticos más serios, trabajadores y tolerantes de Castilla-La Mancha. Tildarle de cunero es una ofensa conociendo su trayectoria. Pero se convierte en una ofensa ridícula si encima procede de aquellos que un día importaron a Fraga Egusquiaguirre, Fernández Miranda o un tal Ramón Aguirre. Ay, los aparatos.
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Ya está. El PP por fin ha resuelto el expediente al alcalde de Yebra. Lo ha hecho con un «mero apercibimiento» y ratificándole como candidato. ¿Tantas alforjas para este viaje? Lo relevante, en todo caso, es que Cospedal y Román han suscrito una candidatura partidaria de un almacén de residuos nucleares que el PP de Guadalajara, oficialmente, rechaza. ¿Cómo se come esta empanada?
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La Real Academia de Medicina tiene un nuevo nuevo miembro: Javier Sanz Serrulla. Hablamos el día de la noticia y estaba más feliz que un regaliz. Es un tipo inteligente y divertido. Cultivado, elegante, irónico, sencillo. Un odontólogo de trayectoria reconocida y un escritor finísimo. Siempre que nos vemos, ya sea en la terraza del Sánchez de Sigüenza o en una tasca de Argüelles, Javier trae algo interesante y fresco que contar y una inquietud insaciable por todo lo que se mueve. Harían bien en la Ciudad del Doncel si le consideraran en el altar que se merece.
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La desaparición del canal de noticias CNN+, aparte de dejar en la calle a casi doscientos trabajadores, significa menos oxígeno para un país que aún no ha aprendido a discutir. Pierde el periodismo y pierde la libertad. Juan Cruz entrevistó la semana pasada a Iñaki Gabilondo en la contra de El País a propósito del libro que éste acaba de presentar: El fin de una época. Sobre el oficio de contar cosas (Barril & Barral). «El cocinero, como el periodista, tiene la responsabilidad de la salud de los clientes. Y eso se aprende teniendo referencias», dijo. El periodista le pregunta entonces por sus referentes, y Gabilondo contesta: «Manu Leguineche y Evaristo Canete, cámara de TVE». Con dos nombres está todo dicho.