Willy Brandt, Oriana Fallaci, memoria democrática

09/12/2020


El 7 de diciembre de 1970, Willy Brandt, entonces canciller de la Alemania Occidental, se arrodilló ante el monumento conmemorativo de las víctimas del levantamiento del Gueto de Varsovia. El gesto rompió un tabú en pleno Telón de Acero y precipitó el tratado por el que la RFA reconocía el Estado de Polonia, entonces en la órbita soviética. Ha pasado justo medio siglo de un golpe de efecto propio de un político audaz. Combatiente antinazi, militante de la izquierda desde su juventud, escritor de periódicos, emblema de la socialdemocracia moderna. A propósito de esta efeméride, he vuelto a lo que el canciller Brandt le confesó a Oriana Fallaci en el 73 y que ésta recogió en Entrevista con la historia, un libro que debería ser de obligada lectura en las facultades de Periodismo. Yo guardo en casa una edición de Rizzoli (Milán) y Noguer (Barcelona) publicada en 1974. Arrodillarse no era solo un gesto a las víctimas del nazismo sino dirigido a los propios alemanes. «Muchos tienen necesidad de saber que hay que soportar juntos aquel peso», dijo el líder del SPD. Y añadió: «Representaba el reconocimiento de nuestra responsabilidad como alemanes, recordaba que nada de lo que hacemos debe ser olvidado o rechazado. No, no debe… No debe… No es que ahora no haya nada que confesar. Ahora se sabe todo. Pero reconocer nuestra responsabilidad no sirve para limpiar nuestra conciencia, sino para vivir juntos. Hebreos, polacos, alemanes. Puesto que debemos vivir juntos». Cancillería de Bonn. Septiembre, 1973.

Memoria democrática, dignidad y coherencia.

Amnesia interesada

05/12/2020

La mezcla de hipocresía, desmemoria y oportunismo lleva hoy a Felipe González y JM Aznar a erigirse en centinelas del 78. Nadie les recuerda que negociaron su investidura y subastaron las cuentas del Estado con Pujol, titular de una hegemonía sin la que es imposible entender el procés independentista. Escribo de esto la columna semanal, a propósito de El hijo del chófer (Tusquets), el libro en el que Jordi Amat traza el recorrido de Alfons Quintà, primer director de TV3 y pieza clave del pujolismo. La pestilencia que envuelve su figura sirve para explicar por qué el padre del nacionalismo catalán gozó de inmunidad entre las élites surgidas en la Transición. Y por qué, según el relato oficial, aquellos líderes de PSOE y PP eran hombres de Estado cuando pactaban con CiU, mientras Sánchez vende España haciendo lo propio con Esquerra.

Amnesia interesada. El Mundo, 05/12/2020

Mathias Enard

05/12/2020

El banquete anual de la cofradía de sepultureros (Literatura Random House). La muerte, el campo, el ciclo de la vida y la Francia rural. Un libro sensacional.

01/12/2020

Los datos suelen ayudar a desbrozar la propaganda. La presidenta de la Comunidad de Madrid inaugura hoy un hospital construido en 3 meses y 10 días que se hace difícil calificarlo como algo más que una operación inmobiliaria. El Gobierno madrileño de PP y Cs ha invertido alrededor de 100 millones de euros en un centro que, a día de hoy, no supera el 25% de la dotación hospitalaria, que carece de pacientes y al que solo han pedido trasladarse 111 sanitarios «voluntarios» del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS). Esto ocurre en una región que se sitúa a la cabeza autonómica de los recortes en inversión, recursos y plantillas. Madrid es la comunidad más rica de España, la que aporta un mayor porcentaje de PIB al Estado, pero una de las que menos gasta en sanidad pública por habitante. Dedica un 4,2% de su riqueza anual. La media autonómica roza el 6%. El gasto per cápita en 2011 era de 1.313 euros; en 2017 fue de 1.254 euros. Madrid es la segunda por la cola entre las CCAA en gasto per cápita. Este retroceso también se nota en el capítulo de personal, que en 2010 suponía casi el 52% de todo el gasto sanitario y siete años después pasó a ser del 44,7%. No quiero imaginar cómo estamos ahora, a pesar del coronavirus. En atención primaria la sangría es aún peor: la Comunidad de Madrid, que dedica aproximadamente solo el 10% del gasto sanitario a este nivel, es la que menos invierte en atención primaria en proporción a su presupuesto sanitario. Esto explica el colapso en los centros de salud.
En este contexto, estalla la pandemia. Y el vaso rebosa. La Covid ha expuesto en toda su crudeza las insuficiencias de un sistema que lleva una década soportando hachazos de forma inmisericorde. Los médicos y enfermeros de los ambulatorios (yo llevo 2 semanas para intentar coger cita por teléfono con mi enfermera) no dan más de sí. Las pruebas diagnósticas se retrasan. La falta de tratamiento pone en peligro a los pacientes de enfermedades crónicas. Decenas de plantas siguen cerradas en los grandes hospitales madrileños. Y las plantillas de rastreadores, que son clave en la trazabilidad de los contactos de positivos, continúan sin reforzarse debidamente.
La Comunidad de Madrid, con más de 6,6 millones de habitantes, dispone de 180 rastreadores, es decir, 2,7 por cada 100.000 habitantes.
Galicia, con 2,7 millones de habitantes, dispone de 6.108 rastreadores, es decir, 226,3 por cada 100.000 habitantes.
Son datos de la Consejería de Sanidad de ambas autonomías publicados por Newtral.
En cuanto a la tasa de médicos, la Comunidad de Madrid es la tercera por la cola. El porcentaje de médicos por cada 1.000 usuarios asignados es de 0,68. Hay 3.594 médicos de familia y 920 pediatras. En Cataluña, con una población similar y una política igualmente desastrosa de recortes y privatizaciones, las cifras se elevan 4.594 médicos y 1.030 pediatras. Son datos de Eurostat publicados por un periódico tan poco sospechoso de podemita como el ABC.
Y, entonces, con este panorama, ¿a qué las prisas por levantar el Isabel Zendal? La llamada «colaboración público-privada» permite construir infraestructuras hospitalarias de este tipo sin incurrir en déficit público. Es una forma encubierta de privatización que erosiona el nivel asistencial de la sanidad, dispara la deuda y acelera el traspaso de recursos de lo público a las empresas que operan en este sector. Así engordó Aguirre este negocio -eran los tiempos de Gürtel y Púnica- y así acaba de ordenar la edificación Ayuso de ese mamotreto sin médicos ni camas en Valdebebas que responde al concepto de «hospital de pandemias», algo que no existe en ningún país de nuestro entorno. Entre de 2004 y 2011 -según datos del SERMAS- se construyeron en la Comunidad de Madrid 11 hospitales. A pesar de ello, se pasó de tener 14.957 camas a 14.334. ¿Por qué? Por el cierre de camas en los grandes hospitales públicos. La ratio de camas en la Comunidad de Madrid es de 2,5 puntos inferior a la media nacional. Por otro lado, la creación del Área Única y la Libre Elección también contribuyó a transferir recursos públicos a la privada: la mayoría de derivaciones van a parar al grupo Quirónsalud, un gigante del sector en manos de fondos de inversión. Todas estas cifras están extraídas de las Memorias del SERMAS.
Quizá habría que recordar que los recursos públicos disponibles NO son infinitos. Son limitados. Y conviene destinarlos en función de las necesidades sociales, no de intereses ideológicos. Máxime si practicas una política fiscal de tierra quemada que detrae recursos a la Administración a costa de deteriorar los servicios públicos.

El partido es el Estado

28/11/2020

España es una nación jibarizada por los partidos políticos. De ahí el desembarco del gobierno de turno en la Administración cada vez que hay un relevo en Moncloa. No hay proyecto de país, ni en la izquierda ni en la derecha, porque no hay un Estado sólido. En una democracia no todo puede reglarse, sino que debe operar un principio institucional que contribuya a anteponer el interés general a las siglas. Como aquí no tenemos nada de eso, la negociación de Presupuestos se convierte en un bazar, la renovación de los órganos constitucionales sigue bloqueada, la norma educativa se hace al gusto de la mayoría de turno, el concurso de RTVE duerme en un cajón y se aborda el debate -pertinente- de la armonización fiscal como parte de la refriega partidista. De esto escribí, ayer, la columna semanal.

El partido es el Estado. El Mundo, 28/11/2020

Eduardo Díaz-Rubio

Entrevisto al doctor Eduardo Díaz-Rubio, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina y uno de los oncólogos más reputados del sistema madrileño de salud. El análisis que hace del impacto de la Covid en la atención primaria y los hospitales es demoledor, y señala que afectará de lleno a los enfermos crónicos. En concreto, avisa que la mortalidad y morbilidad de los enfermos de cáncer se va a incrementar notablemente en los próximos años. La pandemia va a reducir la supervivencia en este tipo de pacientes porque muchos han perdido la única oportunidad de curación que tenían como consecuencia del retraso en el diagnóstico precoz. Se han paralizado tratamientos, se han suspendido ensayos clínicos y se han dejado de hacer el 90% de la endoscopias en los hospitales públicos de España. Cifra en alrededor de un 40% el porcentaje de pacientes crónicos que pueden ver alterada su supervivencia por la tensión generada en la red de hospitales desde marzo. Apuesta con claridad por reformar el modelo de gestión y subraya que los recortes provocados en la sanidad pública hace una década, a raíz de la crisis económica, han dejado el sistema sanitario en cueros. También hace una precisión de determinados términos que creo que le puede resultar interesante al lector: no es lo mismo infectarte de coronavirus que desarrollar la Covid-19, por ejemplo. Y se muestra partidario de derribar barreras en el modelo de descentralización: un médico que trabaja en Madrid no puede conectarse con otro que lo hace en el sistema de salud de Galicia por la falta de integración informática, incluso en la propia Comunidad de Madrid se usan diferentes aplicaciones electrónicas… Eso impide, por ejemplo, que el sistema de atención para pacientes oncológicos sea similar al que se aplica en la Organización Nacional de Trasplantes. Tampoco es admisible que el precio de un fármaco varíe en función de cada comunidad autónoma. En cuanto a la investigación oncológica, es muy claro: España debe declarar la guerra al cáncer. Algunos tumores, como el de mama, tienen un porcentaje elevado de curación. Otros, como el de páncreas, todo lo contrario. Cada paso en investigación en este terrenos «es caro y difícil», pero lamenta que nuestro país dedique tan poco gasto a este objetivo. El diagnóstico que traza es tan duro como lúcido.

Erri de Luca

24/11/2020

Me fascina Erri de Luca. Napolitano, alpinista. Vive en una casa de piedra en la ‘campagna’ romana, casi aislado. Militó en los 70 en Lotta Continua, grupo de la izquierda extraparlamentaria. Trabajó como obrero y albañil. Aprendió latín por su cuenta. Y durante los bombardeos de la OTAN en Serbia condujo un camión de abastecimiento para ayudar a miles de víctimas civiles. Acaba de publicar nuevo libro. No es el mejor de los suyos, pero cuenta una historia que evoca su propia experiencia en 2013. Fue acusado de incitar al sabotaje del tren de alta velocidad entre Lyón y Turín que obligó a perforar los Alpes. Salman Rusdhie, Paul Auster y François Hollande salieron en su defensa. Fue un ejemplo de coherencia, de compromiso intelectual y de conciencia medioambiental. Lean su prosa y su poesía. Es una voz extraordinaria.

Pepa Bueno

21/11/2020

Enhorabuena a Pepa Bueno, periodista seria y solvente, locutora de referencia, digna ganadora del Premio Cátedra Manu Leguineche 2020. Muchas gracias a José Luis Vega, presidente de la Diputación de Guadalajara, por su cariñosa mención en su discurso. Y, sobre todo, enhorabuena a todos los convocantes del Premio y a los organizadores del acto de entrega por concederle la altura que merece la memoria de Manu y el periodismo que él encarnaba.

21/11/2020
Tiene el sistema sanitario hecho unos zorros, cada vez que habla acredita una ignorancia ciclópea, busca el choque institucional desde la hipocresía (lo que rechazaba a principios de noviembre, el cierre perimetral de Madrid, lo va a aplicar por propia decisión en el puente de la Constitución) y no tiene reparos en superar al ínclito Simón, que ya es decir, en trapacerías varias para alterar las estadísticas. Pero va ganando. Políticamente. Con claridad. Ayuso le ha doblado el pulso a Sánchez. Decretó los cierres por áreas de salud, que el Gobierno rechazaba de forma tajante; mantuvo los bares y comercios abiertos, reforzando el botín electoral del PP entre los autónomos; y Sanidad asume los inverosímiles datos de Madrid como avanzadilla de una curva de contagios a la baja en casi todo el país. También ha forzado al Ministerio a aceptar la práctica de pruebas en las farmacias. De paso está fagocitando a su socio de gobierno, al que el PP se va a merendar en las próximas elecciones autonómicas. Moncloa calculó mal en la batalla con Sol. Esa es una tarea que le corresponde a la oposición en la Comunidad.
Ayuso gana. El Mundo, 21/11/2020

Ernest Lluch

17/11/2020

Ernest Lluch, lliure i atrevit.